Ella estuvo cautiva durante 5 años. El es el segundo Alpha más poderoso de todo el mundo. Nunca pensó que encontraría a su mate.Sin embargo está rota, herida y ahora un ser frío como el invierno deberá aprender a dar calor para que su humana sobreviva. Libro: "Alpha Ikender" Autora: Limberem
***NARRA LU FABIANO***Monterrey, Nuevo León-Lu Fabiano, eres tú la que osa a interrumpir mis sueños - Respondió Camilo como si recitara un poema - No puedo creer que me estés llamando al poco tiempo de habernos visto, pensé que tu llamada tardaría por lo menos un par de años.Mi amigo era muy dramático, era algo que yo notaba que ya no se le quitaría jamás pues formaba parte de su ADN y ¿Qué se le podía hacer? Nada, sólo me quedaba divertirme con sus dramas. Era de las pocas amistades con la que seguía en contacto, claro a Roxana tenía que incluirla, ella no dejaba que estuviéramos solos, cuando ella estaba cerca, de las otras veces lo teníamos que hacer a escondidas de ella. -Camilo, ¿Cómo eres dramático? Pensabas también que no iba a querer verte y sí que nos vimos pronto para ponernos al día - Me reía mucho de él - Oye ¿Sigues sólo?Pensando en que si podría hablar libremente, era una de esas cosas que odiaba de los celosos, que ni siquiera con los amigos se podía hablar en paz.
***NARRA NATHAN***Mi padre fue por la doctora del servicio médico de nuestro club quién era excelente en lo que hacía y ella le pidió que lleváramos a Grace al área de la clínica que había en el club. Yo tomé en brazos a mi hermosa princesita y llegué así con ella totalmente desvanecida con la doctora. No había tenido tiempo para pensar en otra cosa que llevarla a la enfermería.–Buenas tardes Julia – Le dije a la doctora – Por favor, te pido que me dejes estar aquí con Grace. No la quiero dejar sola.Estaba muy preocupado y por nada del mundo pensaba separarme de ella. Por mi mente pasaron muchas conjeturas, y si estaba embarazada, porque tal como lo dijo Nicolás, no solamente era su novia sino su mujer como queriendo marcarla como suya, no importándole ensuciar su nombre delante de todos los del club. –Buenas tardes Nathan. Tranquilízate por favor, claro que puedes quedarte y de hecho necesito que lo hagas para que me cuentes ¿Qué es lo que ha pasado?En este punto no omitiría na
***NARRA NATHAN*** Aunque me preocupaba un poco la reacción que pudiera tener Julia Roberts como le decíamos Grace y yo de cariño a Julia, quien ahora era la doctora encargada de la clínica del club y quién se divertía mucho con nosotros cuando éramos novios y nos usaba como sus pacientes para su servicio social. Julia no tardó en entrar a la recámara dónde estaba con Grace, mi chiquita seguía llorando y no podía hacer nada para detener sus lágrimas, lágrimas que de estar conmigo no estuviera derramando, miré a Julia y al verme acostado con Grace, no se hizo esperar un gesto desaprobando eso de su parte. Era de esperarse, pero no podía hacer nada antes esos ojos que me miraban con suplica, a Grace no le negaría nunca nada. –Nathan, ¿Qué voy a hacer contigo? – Preguntó Julia – Grace es la que debe estar acostada. Grace quién había cerrado un poco sus hermosos ojos, al escuchar la voz de Julia los abrió rápidamente. – ¿Julia Roberts?, ¿Eres tú? – Preguntó Grace, sin soltarse de mi a
***NARRA NICK*** Cuando terminé la carta para Grace, acabé bañado en lágrimas dándome cuenta yo mismo que no sólo le dije a Camilo lo que le dije de Grace por decirlo sino porque realmente lo sentía y la quería, la amaba en serio aunque aún no le había dicho a ella que la amaba ni en aquel momento intimo cuando ella me lo dijo a mí. No había logrado ser sensible con ella, hasta ahora que le escribí cada una de las líneas de esa carta desde el fondo de mi corazón deshojando sin importarme nada ante ella todos los sentimientos que ella en tan poco tiempo había logrado despertar en mí. Salí de mi departamento para ir a la papelería a comprar un hermoso sobre para meter dentro la carta para Grace y después me decidí a ir a su casa a buscarla ya que le había dejado algunos mensajes en su celular y ella al parecer no había entrado a la red social para darse cuenta que ahí yo expuse abiertamente que éramos novios y que la adoraba siguiendo el consejo de Camilo de subir varias fotos de ella
***NARRA NICK*** –Te lo pido, mi amor, por favor, solo pasaría a dejarte el escrito y te dejo tranquila, necesito verte aunque sea un momento, quiero ver si de verdad estás bien – No terminó de escucharme a que le dijera nada más y me colgó. Me volví loco de ira cuando me colgó el teléfono pero ésta vez más que de celos de desesperación, era en serio que Grace ya no quería ni tenía la intención de hablar conmigo y eso me estaba preocupando. Si llegábamos al lunes y ella decidía en estos días dejarme o peor aún que fuera mal aconsejada por sus padres o por ese desgraciado de Nathan, no podría con eso nunca. No la podía perder, yo la amaba y tenía que recuperarla a como diera lugar. Desesperado volví a mi departamento y llegué en tiempo record para marcarle de nuevo a mi amigo Camilo, si alguien podía ayudarme era él. Camilo tenía la solución a todos mis problemas. Me serví un trago de whisky para mantener la sangre y la cabeza fría y no salir a buscarla a no sé dónde como un vil lo
***NARRA NICK*** Las horas que tardó mi amigo Camilo en llegar, se me hicieron lo más eterno del mundo. Me puse a organizar mejor un poco mi departamento y a guardar la fotografía mía y de Lu a piedra y lodo para el plan que se me acababa de ocurrir para que cuando Camilo llegara, se llevara a cabo lo más pronto posible pues yo no podía esperar más sin que mi princesa me perdonara, la amaba, la extrañaba y la necesitaba. Ni yo mismo podía creer que ni por Diana llegué a sentir nunca nada como lo que ahora sentía por Grace, algo que pensé que nunca después de Lu podría sentirlo por ninguna mujer. Lu habia sido la única que no soportaba mis escenas de celos, bueno más bien me demostraba que solo existía yo para ella, fueron muchas las veces que me calmaba con besos y caricias. Camilo me llamó para que fuera a recogerlo y me fui por él al aeropuerto, llegué y él ya estaba ahí con su maleta y con esa sonrisa que lo caracterizaba con la que le decía al mundo que todo estaba bien. Pues e
***NARRA NICK*** En ese momento llevaron la cena y fuimos interrumpidos. Así que me levanté del sillón dónde estaba sentado y fui a recibir la cena. Realicé el pago. Volví con Camilo, destapé un refresco y llevé la cena a la sala para que pudiéramos cenar y seguir hablando de mi brillante plan. Bueno desde mi punto de vista no tenía ninguna falla. –Sí quiero añadir algo más Camilo – Dije retomando nuestra plática – Quiero que llames a Grace ahorita que terminemos de cenar y que le digas que tienes que verla urgente, que has venido de Monterrey específicamente a verla y ella contigo no podrá negarse. La verás dónde queden de verse y le llevarás la carta que encontrarás arrugada y tirada en el suelo cuando llegaste aquí y me encontraste inconsciente. Camilo me ve con extrañeza, pues no le he explicado un el plan, solo es una parte que tenemos que ir desarrollando, tenemos que ser convincentes. Nada se nos puede escapar. Cada eslabón debe encajar perfectamente. –Nick, estoy perdido ¿C
***NARRA GRACE*** La llamada de Camilo me desconcertó, pero al mismo tiempo me hizo feliz. Sí alguien podía ayudarme a aclarar todo lo enredado de mis sentimientos era sin duda él, que conocía tan bien a Nicolás y quizás el pudiera explicarme un poco de su sentir y de su pensar para poder saber lo que pasaba con Nick, a veces sentía que me amaba y otras sentía que me odiaba y a estas alturas ya no sabía si debía seguir con él o simplemente era mejor terminar lo que sea que fuera lo que tuviéramos los dos, para no salir más perjudicados. Mis sentimientos no los podía cambiar así nada más, porque lo seguía amando, solo que él no los aceptó. Aunque me doliera en el alma esto lo tenía que terminar, más por mi bien que el de más nadie. Me quedé dormida pensando en muchas cosas y al día siguiente me desperté temprano para bañarme y arreglarme para salir con Camilo. –Buenos días hija, ¿Vas a Salir? – dice mi mamá al entrar a mi recámara. –Buenos días, mamá, si voy a salir dentro de un ra