***NARRA CAMILO***

Ciudad de México

Pues a las mujeres, las señalan y las hacen a un lado y sin embargo, el hombre sigue su vida como si nada, no sé de qué nos valemos que parece que lo que hacemos está bien hecho a los ojos de los demás.

–No entiendo porque me dices eso Camilo, yo no soy así.

Por supuesto que no era así, aún en su alma tan pura, no cabía la posibilidad de engañar a Nicolás, pero ya era hora de que despertara de ese sueño tan absurdo de serle fiel a alguien que no se lo merecía, a alguien que lo hacía por venganza, con alevosía y ventaja.

–Que si te hubieras acostado con Nathan, Nicolás no tendría por qué reclamar nada. – Dije muy seguro.

Si hubiera sido mi caso, lo pondría en perspectiva, porque si ya no quieres estar con la persona que dices amar, mejor terminar con la relación y no engañarse a uno mismo, ya sé que la costumbre puede ponerse de pretexto, pero por ahí no va la cosa.

–En eso tienes razón. – Estuvo de acuerdo.

–Mira vamos a tomarnos un té y te calmas