Sus ojos azules igual que el mar me miran una y otra vez como cerciorándose que no soy un espejismo. Hay un manto de lágrimas en ellos y es la evidente muestra de lo preocupado que ha estado durante, lo que para mí, ha parecido una eternidad, pero que en realidad fueron algunas cuantas horas —dime por favor que te encuentras bien... que no te ha pasado nada a ti o al bebé— me pide sujetando mi rostro con delicadeza.
—Estamos bien, Alejandro y su equipo han llegado
Al día siguienteAbro mis ojos y miro a mi alrededor aun desorientada ¿qué hora es? ¿Dónde está Lucas? Esas son las primeras preguntas que vienen a mi mente al verme completamente sola en esta cama. Observo el reloj que está sobre la mesita de noche y no puedo creer que ya sea el mediodía, ¿tanto he dormido? Me pregunto mientras cuidadosamente me levanto de la cama. Busco mi albornoz de seda color rosa pálido que hace juego
Horas más tarde—¡Hija!— exclama mi padre apenas me ve entrar a su oficina y se levanta de su silla para venir hacia mí y abrazarme con todas sus fuerzas —¡¿Cómo se te ha ocurrido meterte con ese tipo?! ¡Me hubiese muerto de tristeza si algo malo te ocurrida! — me reclama sin soltarme. —¿Por qué no salen?— vuelvo a preguntar mientras entro nuevamente a la oficina de Lucas después de haberme asomado al pasillo como por quinta vez.—¿Puedes calmarte por favor?— me pide el colocando sus manos sobre mis hombros y haciendo que le mire fijamente —le hará daño al bebé.— continúa diciendo. Su manera de abrazarme intentando consolarme me calma, aunque sea un poco. El silencio en el salón de nuestra casa es inmenso, pero supongo que él entiende que en estos momentos no soy capaz de decir ni una sola palabra.«Tengo un medio hermano...» eso es lo que pasa por mi mente una y otra vez. Al día siguiente:Hoy ha sido uno de esos días donde el levantarme de la cama ha sido prácticamente imposible. Apenas he podido dormir, y lo poco que lo he hecho, ha sido muy mal a causa de las náuseas y los pensamientos que se cruzaban por mi cabeza. Lo positivo de esto es que Lucas ha estado cuidándome todo el día y que se ha encargado de absolutamente todo.80. La Verdad de Todo
81. A Pesar de Todo
82. Confesiones Inesperadas
Náuseas y más náuseas, dejo correr el agua del retrete, me pongo de pie, y voy hacia el lavamanos de inmediato. No logro comprender si las náuseas son consecuencia única y exclusivamente del embarazo o, es que el escuchar, que mi medio hermano casi se enamora de mi me ha dado tanto asco que me ha hecho sentir así.— ¡Bella! — le escucho gritar del otro lado de la puerta a Lucas y no sé si tenga el valor de hablar con él en estos
2 semanas despuésHan pasado dos semanas desde que he hablado con Alejandro, o, mejor dicho; desde que él ha hablado conmigo. Hasta el día de hoy ni mi padre ni yo tenemos idea de dónde se ha marchado y digamos que ambos tampoco hemos conversado lo suficiente acerca de lo sucedido. Realmente aún no sé muy bien cómo volver a entablar mi relación con él; después de todo, al parecer mi madre no ha sido el amor de su vida sino E
Hace más de una hora que estamos sentados en esta banca ubicada en este parque frente al mar. Los dos estamos en completo silencio contemplando cómo va atardeciendo y supongo que pensando exactamente en lo mismo. Desde que hemos salido del consultorio del doctor sabiendo que tendremos mellizos los dos nos hemos quedado sin palabras.En mi caso, estoy muy asustada. Ya tener un bebé me parecía una responsabilidad enorme y me daba miedo, pero ahora con dos; es que simplemente tengo gan