Salí huyendo del edificio con la excusa de ir a almorzar, pero la realidad es que quería evitarlo. Lamentablemente mi almuerzo no ha podido durar todo el día, y la paz que me generó estar sentada en mi restaurante favorito con vista al mar se rompe cuando entro a mi oficina y lo veo allí sentado en su escritorio. Estaba muy concentrado en su ordenador hasta que levanta la mirada y me sonríe.
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Después de un largo día en la oficina no he querido regresar a casa. Honestamente, no quiero que mi padre me vea así de preocupada; no tengo el valor de contarle porque es que me encuentro así. He decidido que el chofer no me acompañe y conducir yo. Necesito estar completamente sola, necesito caminar... distraerme... ¿Qué mejor que ir de compras?«Supongo que aún no consigo deshacerme de este hábito». Estaciono el auto en el estacionamiento del "Bal Harbour Shops" e intento no pensar en él.
Al día siguienteRespiro profundo y tomo el valor para entrar a mi oficina. Sé que ha llegado ya, puedo escuchar el ruido de sus dedos sobre el teclado de la computadora. Sin mirarlo camino hasta mi escritorio y apoyo el vaso de café que compre en el camino sobre el escritorio para luego acomodar mis cosas y sentarme en mi silla, ni quiero que me mencione la conversación que hemos tenido ayer. No quiero que me pregunte si he pensado lo que hemos hablado, porque la verdad es que no creo que pueda llegar a perdonarle lo que me ha hecho por más que comencemos de cero.Muevo el ratón para que el monitor de la computadora se ilumin
Puedo notar lo tenso que es este momento, creo que podría cortarse con un cuchillo —Axel, ¡qué casualidad! — digo con una enorme sonrisa y le saludo cordialmente con un beso.—Lo mismo digo mi querida Sienna, o no nos vemos por años; o te encuentro dos días seguidos. La he pasado muy bien contigo ayer, deberíamos repetir pronto. — me dice sonriente y la manera tan intensa en la que Lucas respira a mi lado me desconcentra.—Claro que sí, cuando gustes. Axel, te presento a Lucas Sandonini; el nuevo socio de mi padre— me limito a d
Ha insistido tanto en traerme a mi casa después del evento, que no me ha quedado otra opción que aceptar. Está conduciendo y yo no sé ni qué decir, prefiero quedarme en silencio y hacer de cuenta que estoy sola, pero al parecer él tiene otra idea.—¿Puedo preguntarte algo?
Al día siguienteNo sé cómo expresar como me siento. En mi interior existe una contradicción que nadie podría entender. Por un lado, recuerdo nuestro primer encuentro y siento mi corazón latir con fuerza al saber que en pocos minutos él llegará a buscarme. Me encantaría regresar a aquella noche donde todo comenzó; donde mi padre me lo presentó y para mi Lucas me parecía un hombre completamente impresionante con el cual buscaba pasarla bien.
La copa de champagne está vacía, y él con su mirada me pregunta si quiero otra. Asiento y observo la manera en que vuelve a llenar la copa. Estamos esperando el postre y aún no le he respondido a su pregunta. Hemos hablado de muchas cosas, pero no exactamente acerca de lo que creía que sucedería entre nosotros si él no hubiese sido un imbécil.Lo he pensado lo suficiente El aire húmedo de esta ciudad invade mis sentidos. Cierro mis ojos, respiro profundo; e intento comprender qué es exactamente lo que siento ¿Soy capaz de seguir adelante como si nada hubiese sucedido? ¿Puedo dar vuelta la página? Quiero hacerlo. Esa es la verdad, pero de querer a poder hay un largo recorrido. —Tanto que te has quejado, y tuvieron que coserte la herida de la rodilla y tienes un esguince en el tobillo. — me regaña cuando ya estamos afuera de mi casa.Intento no mirarle porque no quiero admitir que llevaba razón, además tengo miedo de flaquear — sí, pero tú te has hecho el tonto en cuanto a lo que te he propuesto — le digo intentando convencerlo para hacer algo en contra de Raúl.31. Vengarnos de Él
32. En Igualdad De Condiciones