Deborah acababa de terminar la asignación de tareas a los empleados e iba directo a su puesto para hacer el seguimiento correspondiente a las áreas de almacén aeronáutico, pero de pronto recordó que antes tenía un asunto pendiente.
_ Casi olvido lo de la vacante para secretaria. Le diré a recursos humanos que la haga pública... Ah, solo espero que la nueva empleada no vaya a ser tan molesta como Rossetti, de hecho me gustaría que no me trajera ningún inconveniente.
Luego de una larga jornada laboral, la joven estaba exhausta; pero pudo ocuparse de todas las cosas pendientes a tiempo, algo que le daba una gloriosa satisfacción.
_ Me vendría bien un masaje, voy a reservar una cita este fin de semana en ese spa que vi con Tina… Debería llamarla a ver si quiere venir conmigo -pensó.
Aclaratoria
Atolondrado (a): Que actúa sin reflexionar.
_ Que bueno que te guste, ¿sabías que las esmeraldas son la piedra preciosa del mes de mayo? Además, se dice que quienes la portan son gentiles y serenos. _ ¿Tú crees que yo soy así? _Por supuesto que sí.Que el odio de tu corazón altere y oculte parte de tu alma, no significa que no tengas esas características hermosas… Yo las veo, incluso ahora. _Eres sin duda un hombre curioso Roderick -lo miró. Tengo ganas de besarlo, pero no debo hacerlo... este sentimiento es terrible -se decía con pesar. _Yo solo digo la verdad- aclaró con firmeza. _ Eres muy encantador Roderick, de verdad que sí; pero no tenías que traerme ningún regalo.
Deborah había llegado a su residencia, pero en vez de entrar directo a su casa, quiso visitar a su mejor amiga, así que tocó el timbre y esperó. _ ¡Un momento, por favor! _ Se oye ocupada, si está muy atareada, solo la invitaré al spa e iré directo a casa… aunque siendo honesta, me gustaría relajarme un rato en su compañía -pensó mientras miraba el jardín de su amiga un poco taciturna. Deborah comenzó a escuchar ruidos de objetos caer en el suelo; pero antes de que pudiera abrir la boca para decir algo, Agustina gritó desde dentro que estaba bien y que vendría a abrir la puerta en breve. _¿Qué estará haciendo? -se preguntó con una sonrisa. Mientras reía en silencio, otra vez le vino a la mente la mirada que su compañero
_ ¿Fue por las mujeres de antes que tú dijiste que éramos esposos? _ Sí, quería poner un muro entre ellas y yo, pero no pensé que terminaríamos así. _ Te creo… Bueno, "esposo mío" cámbiese usted primero. _ Está bien. Sin miramientos, Roderick comenzó a desvestirse frente a Deborah, quien no pudo apartar la vista de sus bien formados pectorales, pero cuando vio que él comenzaba a desabrocharse los pantalones, salió de su embobamiento y apartó la mirada hacia otro lado de inmediato. _ ¿Roderick, olvidas que estoy aquí? _ Dijiste que me cambiara. _ Sí, pero no enfrente de mí, ¿no te molesta que te vea?
_ Deborah… -dijo con notable preocupación. _ Por favor Roderick, confía en mí y déjame hacer esto, esta tarea me corresponde a mí y solo a mí. _ De acuerdo, ¿pero cuánto tiempo te tomará ponerlo a tu merced? _ Menos de un año. _ Entiendo… _ ¿Confiarás en mí? _ Sí. _ Gracias, Roderick. Siguiendo los impulsos de su corazón, la joven pasó sus brazos por encima de los hombros de su compañero, se colgó de él en un abrazo y dijo: _ No sabes lo mucho que significa para mí que me dejes hacer esto.
El alba se hacía presente en un nuevo día, comenzaba a pintar el oscuro lienzo matutino que dejó la noche y lo transformaba en un panorama lleno de matices y contrastes, ambos dignos de una creación majestuosa de la naturaleza. Mientras el bello fenómeno ambiental hacía su parte, en un lujoso hotel, Deborah se encontraba despertando sobre una cómoda cama king size y envuelta entre sábanas de seda color perla, miraba alrededor de su habitación buscando a alguien. La joven se puso de pie dejando ver el coqueto babydoll transparente con encaje que llevaba puesto y caminando entre prendas de ropa que habían sido tiradas al suelo sin cuidado durante la noche, entró al baño. Luego de unos 20 minutos aproximadamente, alguien entró en los amplios aposentos en donde ella se alojaba y al percibir el dulce aroma del champú
_ Mientes -frunció el ceño. _ No miento, solo me casé porque a mi padre le convenía contar con el apoyo de uno de los inversionistas más importantes de MASAYF. _ Dices que… _ Sí, es el padre de Ivonne. Nuestro matrimonio fue arreglado desde antes de conocerte y mi padre me amenazó con desheredarme si no aceptaba. _ ¿Entonces te importó más tu herencia que estar conmigo? _ No, yo estaba dispuesto a renunciar a mi herencia porque quería estar junto a ti. _ ¿En serio? ¿Tanto querías estar a mi lado que lo demostraste casándote con Ivonne y dejándome olvidada como si fuera basura? _ Se que eso es lo que parece, pero no es así. Ademá
_¿Entonces, no planeas decirme que te hace tan íntimo de ella? _No, ella confía en mí -le sonrió. _¿Confía en ti? -levantó la ceja. _ Ajá, así que como hombre no puedo faltar a mi palabra. _ Con que así son las cosas. _Ay no… conozco esa mirada. _ Así que no puedes fallarle como hombre, eh. _ Eh… yo no dije eso exactamente -respondió nervioso. _ ¡Ven acá, desgraciado! _¡Ah, no te me acerques! Roderick había comenzado a perseguir por todo el gimnasio a Robert, quien huía de su fúrico a
Frente al espejo de la habitación del lujoso hotel se encontraba Deborah y detrás de ella estaba Menzies subiéndole el cierre del vestido strapless, largo, ajustado y tornasol que lucía. _ Me alegra poder detallarte mejor, apenas pude verte en la tienda. _ ¿Te gusta lo que ves? -le sonrió con picardía. _ Sí, es que no importa el traje, siempre luces perfecta. _ Aún así, es muy costoso. _ Eso no importa, no es como si hubiese tenido problemas para pagarlo. _ Ustedes los adinerados, son aterradores con estos gastos exorbitantes -suspiró. _ Lo realmente aterrador, es tener que preocuparse por los precios. El traje de Ivonne fue muc