Ha pasado una semana de todo lo acontecido, todo en este momento es estresante, me queda poco tiempo para ser coronada y me tengo que hacer cargo de todos los detalles con cuidado de que nada salga mal. Por otro lado tengo que aguantar a estos dos trogloditas peleando veinticuatro horas al día, son peor que cuando mis hijos hacen travesuras y ya es decir. Cuando empiezan con sus peleitas de machos creo que la mayoría de las personas del castillo se sientan a ver el espectáculo, incluso hacen apuestas haber quien va ganar mi corazón, pero estamos locos, en ningun momento dije que me iba a quedar con ninguno de los dos, si ya son asi en publico no me quiero imaginar lo posesivos que deben ser en privado.

Mis hijos miran a Gabriel con ganas de clavarle algo en los ojos y arrancarle la lengua cada vez que comenta tonterías suyas, es que no tiene neuronas. Como hace dos días en una de las cenas soltó que él y yo tendrí