Durante todo el camino hacia el centro comercial, sus dos dedos estaban entrelazados, y cuando llegaron al centro comercial, estaban pegados como sellos.

Edrick, que acababa de regresar al apartamento después de llevar a su madre de vuelta a casa después de la petición de matrimonio en casa de Rania, solo tuvo tiempo de ducharse y volver a casa de Rania para recoger a su amada. No le gustaba separarse de ella ni por un momento.

"¿Qué quieres comer?", le ofreció Edrick cuando entraron en el centro comercial.

Rania pareció pensarlo un momento, miró a su alrededor, pensando qué le apetecía comer.

"¡No importa!", continuó Edrick, había aprendido mucho sobre las mujeres de Rafael y también los consejos que había recibido de diversas fuentes.

"Bueno, iba a decir que no importa", insistió Rania. La chica abrazó la cintura de Edrick, apoyó su cabeza en el brazo corpulento del hombre mientras pensaba.

"¡Ese!", dijo.

Rania señaló un restaurante de comida rápida, de repente le apeteció tomar una