7. Favores

[YANNICK]

El día ha sido bastante abrumador, pero al mismo tiempo muy interesante, y es que trabajar en este ámbito tiene sus pros y sus contras como todo. Estoy a punto de partir hacia el hotel cuando Gema me llama. Al darme vuelta me percato que aun no se ha subido al auto que le han asignado y lo miro entrecerrando mis ojos y ella me hace una seña para que me acerque y es exactamente eso lo que hago. Me acerco lentamente a ella y solo me quedo mirándola.

—¿Iras a cenar solo? — Pregunta como si esto fuese algo malo.

—Creí que tu cenarías en tu piso. — Respondo como si esto fuese algo obvio.

—No se me da muy bien la cocina y estoy cansada. Vamos a cenar. — Propone. —Anda, no puede ser tan malo, es solo una cena profesional. — Dice riéndose.

—De acuerdo, vamos. — Accedo y me subo al asiento de atrás, pero me doy cuenta que no está el chofer.

—Le he dicho que se vaya. Conduzco yo. — Explica mientras se sube al lado del conductor. —Te propongo que vengas adelante, lo de chofer no se me da muy bien. — Dice con una sarcástica sonrisa.

—Mejor conduzco yo, ¿te parece? — Pregunto y me bajo del auto para ir del lado del conductor y abrir la puerta para que ella se baje.

—¿No confías en mis habilidades para conducir? — 

—Hagamos que esto sea profesional— Insisto y finalmente ella se baja del auto para ir del lado del pasajero y yo me siento en el asiento del conductor.

—¿Mejor? — Cuestiona divertida.

—Mucho mejor. — Respondo.

—Intentare ir a un sitio donde no haya tanta gente, no quiero cenar con cámaras de fotos a nuestro alrededor. — Le pido y ella solo se ríe de mis palabras.

—Eso seria lo mejor— 

—No te preocupes tengo el lugar perfecto. — Digo haciéndome el interesante y comienzo a conducir.

[GEMA]

Al llegar al restaurante observo a mi alrededor y noto como ha tomado en cuenta que va conmigo. El lugar está un poco alejado, pero es muy tranquilo. Casi no hay gente, y lo mejor es que la mesa en donde nos han ubicado esta al final. Paz finalmente pienso al escuchar este silencio que es solo acompañado por una leve música de piano.

—Se siente genial el silencio, ¿no? — Pregunto.

—No sé si el silencio, pero escuche tantas veces tu nombre hoy, que necesitaba descansar de eso. — Dice sonriente.

—Eso ha dolido. — Me quejo entre risas. 

—Lo siento, es que de verdad tus fans se han vuelto locos. — Comenta.

—Digamos que son eufóricos, pero los adoro. — Digo con una enorme sonrisa.

—Me di cuenta. —

El mesero viene a tomar nuestra orden y por supuesto que ha pedido tomarse una foto conmigo. ¿Y Quién ha sido el fotógrafo? Sí, él...

—Si la gente no supiera que eres mi jefe de seguridad, pensarían que estoy aquí contigo en una cita. Por eso quería que lo publicáramos en las redes sociales. — Expreso con sinceridad.

—Totalmente entendible. Yo tampoco quiero ese tipo de escándalos. — Me responde sutilmente.

—¿Puedo conocer a mi jefe de seguridad, o tampoco me contaras nada de ti? — Le pregunto.

—Creo que me conoces bastante. — Responde.

—Vale, tu también me conoces bastante si vamos a eso, pero, me refiero a que me cuentes de ti. Después de todo vamos a tener que pasar mucho tiempo juntos. —

—¿Qué quieres saber? Pregúntame. — Indaga.

—No sé... por ejemplo, ¿hace mucho que trabajas de esto? ¿Cómo es tu familia? — Le pregunto con una leve sonrisa.

—Desde pequeño he tomado clases de artes marciales, me gusta todo lo que tiene que ver con defensa personal, seguridad, armas… no sé supongo que por eso elegi esta carrera. — Dice serio.

—¿Y tu familia? —

—Mis padres y mis dos hermanos, no hay mucho de interesante— Comenta —¿Y tu que? ¿Hace mucho que vives con tu amiga? — Me pregunta. 

¿Con Tania? — Cuestiono

Si, con la que te pregunto todo la otra mañana. — Dice serio. 

Ignoro completamente su comentario. Hacia apenas una semana que vivíamos juntas en aquel momento. Es decir, vivimos juntas antes... —

¿Te explicarías mejor? —

Vale, te hago la historia larga, lo más corta posible. Tania, Vicky, Cintia y yo, nos conocemos desde niñas. Fuimos a la misma escuela, a la misma universidad a pesar de cursar carreras diferentes hasta que yo me decidí por la música. Solíamos vivir las cuatro juntas hasta que yo me marche a Estados Unidos a grabar mi primer disco y luego me quede allí un poco más de lo planeado. Cintia y Vicky luego se fueron a vivir con sus novios y solo quedo Tania. Volví de Estados Unidos al cabo de un par de años y ella y yo decidimos seguir viviendo juntas— Explico mientras me observa con atención y no sé qué está pasando muy bien por su cabeza.

—Ya entiendo un poco mejor el temita ese de sus retos. Dice serio. —¿Siempre fueron así? —

—¿Otra vez con eso? — Pregunto algo frustrada.

—Respóndeme. — Dice y luego nos callamos por un instante mientras el camarero deja los platos sobre la mesa.

—Digamos que hemos vivido muchas fiestas juntas y que cada vez que celebrábamos algo ese era nuestro ritual. Siento mucho que fueses la "victima".— Le digo haciendo el gesto de las comillas con mis dedos.

—No hablare de eso. —

—Mejor… no quiero que volvamos a discutir. — Mejor cuéntame de tu experiencia en tus otros trabajos. —

—Ha sido increíble, he conocido personas estupendas y más que nada he aprendido mucho de mi trabajo fuera de hacer muy buenos amigos. —

Me lo quedo mirando con mi copa de vino en la mano. —Entiendo porque te han contratado. A pesar de todo lo que ocurrió entre tú y yo, y de cómo nos llevemos; no puedo quitarte crédito de lo extremadamente bueno que eres en tu trabajo. — Le admito —Haces que todo sea mucho más simple—

—Gracias, tu también eres genial como artista. — Comenta y le sonrio.

—Yannick, lo que ocurrió fue un error. Tú ya lo sabes, no necesito explicártelo. Fue una idiotez de mi parte y creo que de tu parte los tragos también habían hecho su efecto. Es mejor que lo dejemos así. Una vez más discúlpame por haberte hecho formar parte de un juego entre mis amigas y yo. — Me disculpo un poco avergonzada.

—Además, según mi contrato... tú y yo tampoco podemos tener nada. Es mejor que se quede en ese error. — Añade.

—Exactamente. — Afirmo.

—Solo te pido un favor enorme. — Me dice y es como si fuera una súplica.

—¿Cuál? —

Él mira su plato, levanta su mirada, y mira a su alrededor. Esta nervioso y no entiendo por qué. —Veras Gema, no sé cómo decirte esto porque el que se hizo el ofendido primero aquí fui yo cuando en realidad tampoco es que tú me obligaste a nada... — Comenta.

—¿De qué estás hablando? No entiendo. —

—Esa noche yo había ido al bar con mis amigos porque llevaba una semana peleado con mi novia. Estaba insoportable, y ellos insistieron en salir... Ella y yo regresamos hace una semana. Por favor no le digas nada de lo ocurrido si la llegas a conocer. — Dice y yo me quedo con la boca abierta.

¿Ha dicho novia? No lo puedo creer...

—¿Tú me has hecho todo escándalo de hacerte el ofendido porque según tú te seduje y ahora me dices que tienes o tenias, o tienes nuevamente... como sea... novia? — Pregunto totalmente indignada.

—Vale, me excedí en mi reclamo. — Admite.

—No, lo que tú eres es un descarado. ¿Sabes qué? No vuelvas a preguntarme por nada más de mi vida personal, y tú no vuelvas a contarme nada más. Dejemos esto como estaba. Tu eres mi jefe de seguridad y yo tu jefa. — Sentencio. 

—Pero, es que yo no estaba con Natalia cuando paso lo nuestro. Intenta explicarse. —Técnicamente no le fui infiel. — Dice y en estos momentos quiero matarlo.

—Ya Yannick. Ya esta, dejémoslo como lo que fue, un polvo. Un error, una idiotez... ya... basta de verdad que no quiero hablar más del asunto. Mejor terminemos de cenar y vámonos. — 

—Esta bien. — Dice serio.

No lo puedo creer, yo sintiéndome tan culpable y él hasta novia tenia... ¿Es tan difícil decir no para los hombres?

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