Capitulo 33.
Los disparos no cesan y mi cargador empieza a agotarse, junto a todas las que tenía de repuesto. Escucho que la señal empieza a volver pero se escucha muy distorsionado y todos los quitamos el audífono ya que el daño que genera es agudo. Tenemos la obligación de movernos y un montón de hombres empiezan a caer de ambos bandos, un montón están muriendo y yo no puedo hacer nada más que defenderme y seguir matando a los del otro bando, no puedo brindarles mi ayuda ni puedo revisar quién sigue aún con vida ya que eso significaría perder también la mía. Se vienen todos contra nosotros y empiezan a salir más hombres ni sé ni de qué lugar pero las posibilidades de salir ahora con vida son escasas, son demasiados y ya casi todos los de nuestra operación se encuentran caídos. Empezamos a caminar y veo un hombre del otro lado distraído, no veo ninguna amenaza ya que todos se encuentran cubriéndose de no ser asesinados.—¡Sierra! CAPITULO 34.Las horas han pasado y aún veo a Isabel contándome sobre la vida que siempre ha añorado y que ahora no va a poder tener. Frank ha tratado de hablar conmigo en el camino y tratar de saber qué pasó pero prefiero no darle detalles ya que solo lo empeora para mí. La pulsera la tengo en mis dedos, no he dejado de acariciarla, el funeral de todos los fallecidos será mañana por la mañana pero yo prefiero no ir.Escuché llegar a Damon hace como dos horas, pero sabe que no me encuentro muy bien y aprecio el hecho de que me pueda dar mi espacio a pesar de que le he robado su cama.Las horas pasan y siempre que trato de dormir el ruido del proyectil lo escucho en cualquier lugar, veo la cara de Isabel en cualquier esquina y el arrepentimiento de no haberla salvado me toma, me levanto rápidamente de la cama y busco la sala para hacer algo que creí nunca hacer.<
CAPITULO 35.He pasado hablando con Jeorge por horas, no sé qué tendrá con Isaac pero lo noto extraño cuando hablo sobre él o lo menciono.—¿Has hablado con Isaac?—No. —miente.—No soy idiota, Jeorge. No me mientas.—No pasó nada, solamente… —suspira y veo como lucha internamente en tratar de olvidar eso— nos besamos. He pasado mucho tiempo con él y hemos hablado demasiado sobre muchas cosas.No me sorprende, sé que Isaac es del tipo que le gustan a Jeorge e igual al revés.—¿Y qué tiene eso de malo? Si no significó nada deberías decírselo. Él sabe que vas a casarte, puedes acabar con todo eso desde ahora o puedes disfrutarlo.—El problema es que he disfrutado, claramente no como lo disfruto con Kaia pero me gusta pasar tiempo con él.Prefiero no decirle que también sé la verdad sobre Kaia porque se va a seguir rehusando y sería una perdida de tiempo.—Yo pienso que deberías decírselo.
CAPITULO 36.DIESISEIS AÑOS ATRÁS.El abuelo trajo una nueva especie al hogar, no tengo idea de qué es o qué pueda tener, pero es como una mona muy pequeña, es bastante tímida y no me cae muy bien porque no quiere ser mi amiga, estoy segura de que de Jeorge sí será amiga, pero no entiendo por qué no quiere ser mi amiga. Todo el acuario está diferente por la llegada de otoño y los árboles se encuentran sin hojas pero me gusta porque Jeorge y yo nos podemos lanzar sobre ellas.Ahora que lo pienso mejor, nunca he tenido una amiga, todas siempre huye de mí y nunca he entendido la razón. Solo porque me defendí golpeando en la nariz a una niña o cuando le eché goma en el pelo a una niña que me molestaba por la intensidad de color en mi mirada. Hay un niño que odio intensamente porque hace que las niñas se alejen de m&i
CAPITULO 37.DIESISEIS AÑOS ATRÁS. 2.Jeorge lleva sentado y enojado una hora porque no encuentra el disfraz y el único que hay de hombre es un cacahuate. Yo le dije que no tenía nada de malo y que se veía guapo, pero dijo que él quería conquistar a personas, no asustarlos.El abuelo y yo estamos buscando uno que no sea un cacahuate, pero solo hay calabazas y yo tampoco quiero ir de calabaza. Me le uno a Jeorge y mis ojos empiezan a lágrimas cuando me doy cuenta de que voy a ser la burla de todos los niños.—¡Yo no quiero ser un cacahuate! —Lloriquea Jeorge.—Bob esponja sí quería ser un cacahuate— se burla el abuelo mientras continúa buscando en la enorme caja.—¡Y yo no quiero una calabaza! —Lloriqueo junto a Jeorge.Me siento junto a él y doblo los brazos, enojada.—Ya encontraremos algo niños.Jeorge se impacienta más pero el abuelo saca dos trajes negros.—Bueno… — continúa —Estoy seguro de que
CAPITULO 38.QUINCE AÑOS ATRÁS.Odio cuando me quedo con mi madre sola, cuando el abuelo y mi padre tienen que salir por cosas del trabajo llegan hombres muy raros que quieren jugar juegos que a mí no me gustan, a veces mamá no los deja pero cuando llega él sí lo deja. Pasa muy seguido pero odio estos juegos, no son divertidos y duelen. Empezaron a venir no hace mucho tiempo pero nunca los había visto hasta que mi mamá me los presentó. Tal vez si juego con ellos de alguna forma pueda hacer que ella empiece a quererme. Mamá puso un colchón en la sala, tal vez para dormir juntas cuando ellos se vayan.Llega la hora y me agarra la cara fuertemente para que la vea.—Hoy vendrán unos amigos, niñita. No quiero que te opongas a los juegos que ellos quieren jugar porque si no te castigarán peor. Ya sabes que una sola palabra de esto a tu a bueno o a tu padre y ellos los van a matar, ¿no queremos eso verdad? Ellos han venido desde Rusia solo para jugar un
CAPITULO 39.PRESENTE.Ha pasado menos de una semana desde que pasó el funeral, Jeorge se encargó de todo y yo solamente le pedí que enterrara a mi madre lejos de mi abuelo y de Daysi, en otro cementerio que no estuviera cerca de ellos ni de mi padre. Siempre traté de perdonarla como lo hizo el abuelo pero nunca pude. Habían unos días en los que incluso odiaba al abuelo por haberla perdonado pero después de todo, él evitó que yo muriera. Después de que sucedió todo, muchos años después me di cuenta de cosas que mi papá había hecho, cosas que nunca entendí muy bien porque el abuelo nunca quería decirme, pero, lo único que sabía es que esos hombres estaban contra mi padre y le tenían miedo pero trataron de burlarse en su cara y así terminaron, ni siquiera les dio miedo de las consecuencias en el momento en el que le dispararon a mi padre.Les rendimos homenajes a todos los que fallecieron en su trabajo y yo me mantuve distante y di un pequeño discurso.
CAPITULO 40.Me encuentro frente a la tumba de las personas que eran mi familia y que eran las únicas que le daban algún tipo de sentido a mi alma. Ahora estoy más sola de lo que me encontraba antes y tengo que aceptarlo de alguna manera. Ya no están ni estarán. Algunas veces me pregunto qué será peor; no encontrarle sentido alguno a la vida o los recuerdos.Algunos le temen a la muerte pero es algo con lo que vivimos día a día porque todos sabemos que en el momento en el que nacemos empezamos a morir.—Investigue a fondo lo que sucedió ese día. —Dice Damon duramente a mis espaldas. No respondo, continúo tocando con mis palmas la lápida que se encuentra frente a mí. Las tres están en orden, la de mi padre, la de mi abuelo y la de Daysi. Damon no a preguntado por qué la de mi madre se encuentra aquí pero prefiero que siga siendo así.—¿Ah si? —pregunto luego de un rato.Estoy sentada al lado de ellos, aún veo a Daysi en mis sueños, veo al abuelo
CAPITULO 41.No sé en qué momento me dormí debido al dolor de cabeza tan repentino, empiezo a despertarme ya que siento el movimiento del auto un poco agitado y mi cuerpo se pone pálido al ver que estoy amarrada con una cuerda blanca en mis manos y pies.Miro al chófer y este me ve por el retrovisor.—¿Quién eres? ¿dónde diablos estamos? —pregunto luego de ver qué acabamos de estacionar frente a un edificio abandonado.Rápidamente me suelto las manos con disimulo gracias al entrenamiento que recibí antes de graduarme. Además el que sea que me haya amarrado es muy malo haciendo su trabajo. Me desato con cautela la de los pies. Aún no he recibido respuesta del hombre y admito que esto fue mi culpa por ser tan descuidada pero el dolor fue muy repentino y necesitaba acostarme en cualquier lugar. Trato de buscar mi arma pero claramente ya no la tengo.No pienso pedir ayuda gritando porque dudo que haya alguien en medio de todos los edificios a