Soltando un gran suspiro de sus labios. Bajó del carro sin mirar al chófer de Markus, además no había sido necesario porque este se fue sin detenerse.
Abriendo la puerta de su casa, secó las lágrimas que habían estado posadas en sus mejillas y luego cerró la puerta de su casa. Viendo en el piso una serie de papeles los cuales consistían en fracturas de gas, luz, agua entre otras cosas.
Cerró los ojos calmandose un poco, ya tenía por lo menos algunos meses antes de poder caer otra vez en deudas. Al menos podía pagar los meses atrasados y adelantar aunque sea un año de las cosas que debía para no tener que preocuparse por algo.
Sacó de su bolsillo el pequeño pero valioso papel que podía cambiarl
El domingo, Luisanna lo pasó con su hermana, tenía planeado pagar todo lo que debía esa semana y guardar algo de dinero de ahora en adelante por posibles cambios en su vida.Se despidió de su hermana en el aeropuerto que el hospital tenía para viajes de pacientes alrededor del mundo. Así como llegó el domingo llegó el lunes logrando así que sus nervios salieran más a flote con cada segundo que el reloj de su pequeña sala marcaba.Mirando sobre su hombro una vez más, salió de su casa con una buena suma de dinero en sus bolsillos para ir al supermercado antes de irse a trabajar.Camino dos calles hacia arriba y encontró el supermercado el cual le había abierto las puertas cuando necesitaba comida para ella y para s
Mirando la hora otra vez en la computadora soltó una tremenda maldición cuando dieron las siete de la noche y Markus aún no salía de su oficina. Todos ya habían salido hace dos horas, menos ella.Sintió su cara arder cuando las fresas se burlaron de ella después de que Markus le había dicho que tenía que quedarse horas extras.Apoyó su cabeza sobre el escritorio cerrando los ojos, tenía un sueño horrible. No había podido dormir desde el sábado después de que el banco le había llevado esa carta con la cantidad de dinero que su padre debía.El sueño fue tan pesado que no se dio cuenta cuando se quedó dormida sobre su escritorio justamente como hacía cuando iba a la escuela y le to
Markus salió del baño con una toalla en su cintura tapando su desnudez, subió una ceja cuando encontró a Luisanna acostada en la cama mirando televisión solo en ropa interior. Se mordió el labio sintiendo como su autocontrol estaba al máximo al ver el cuerpo de la menor.Se subió en la cama logrando que Luisanna deje de ver la televisión para mirarlo a él. Agarrando el brazo de la menor logró detener su huida patética.— No te he dicho que te vayas, así que deja tu pálido trasero donde estaba, Luisanna —esta asintió—, ¿Por qué estás en ropa interior? ¿Intentas matarme de un orgasmo repentino?— susurró, y ella se sonrojó.— No intenté n
Tomando otro sorbo de su bebida, miró cada una de las expresiones que su jefe tenía en su rostro en ese momento.Ya había perdido la cuenta de cuantas copas de alcohol había bebido en menos de unos pocos minutos para ser exactos.Después de que sus padres se habían ido a sus asientos los cuales estaban debajo del suyo, ósea, en el primer piso. Le había pedido a uno de los camareros que pasaban por allí una botella de alcohol con un vaso incluido necesitaba olvidarse de los problemas aunque en la mañana se lamentaría.Sonrió como si le hicieran algún chiste cuando Markus bajó del podio saludando a las personas que parecían más interesadas en que siguiera invirtiendo en sus empresas que algo de lo que hab&ia
Mordió su labio cuando sintió las grandes manos de su jefe sobre sus hombros.La habitación estaba a oscuras y ella no se había molestado en levantarse de la silla en la que se encontraba, ni siquiera cuando fueron a limpiar la habitación. Los platos que había usado los había recogido todo dejando la habitación impecable.— Es muy noche para que estés mirando el océano —dijo, antes de besar su oído y retirarse hacia la habitación.Luisanna se levantó por inercia para ir detrás de su jefe el cual se había quitado el saco y prosiguió a quitarse los botones de las muñecas de su camisa.— ¿Qué hacías estas horas a
Los siguientes días fueron los peores para la rubia. Markus la trataba como si fuera una simple mercancía.Gracias a Dios ya su martirio había acabado aunque sea por unos pocos días en los cuales Markus después de haber regresado a su casa pasaba más tiempo con su esposa o eso imaginaba.Y ahí se encontraba como cada día desde que comenzó a trabajar para Markus comprando el café.— ¡Santa mierda! ¡Esto quema! —gritó histérico, la persona que estaba enfrente de ella.— ¡Lo siento! —gritó también—. No fue mi intención hacer eso. Venía distraída, enserio lo siento —mordió su labio inferior mirando
Soltando una maldición se cruzó de brazos cuando Markus salió de la oficina indicándoles a las demás personas que podían salir, menos a ella. Aunque, tenía bastante trabajo atrasado tenía planeado salir con Matt esa noche, pero como siempre su estúpido jefe tuvo que intersectar sus movimientos, deteniéndola.No sabía cómo Markus se había enterado de que se había encontrado con su mejor amigo pero no le interesaba en lo más mínimo. Por primera vez en la vida tenía ganas de dejar a la rubia pacífica y matar a su jefe.Siguiendo con el trabajo pendiente murmuró una que otra maldición para que Markus la escuchara por alguna de las cámaras que habían allí.Aunque
Luisanna trataba de caminar de forma correcta después de haber salido del carro de Markus. Le dolía el cuerpo completo después de haber tenido sexo con él sobre la mesa de la sala de reuniones.Estaba más que claro de que no era su día y más aún que su cumpleaños era al día siguiente. No podía mover ni un solo músculo de su cuerpo Markus había exagerado con sus cosas.Había perdido la hora desde que llegó a su casa lo único que quería era que de milagro Markus le diera vacaciones para poder salir del país a visitar a su hermana.Al menos debía de agradecerle ya que las nuevas secretarías que tenía en la oficina fueran buenas y hacían la mayor parte del trabajo para