Emma.

No dije nada, no quería perdonarlo después de todo lo que ocasionó, así que fui a mi cama para sentarme en el edredón rosa pastel que cubría el colchón. Mi prometido se acercó a mí lentamente, como si fuera alguien de mucho peligro cuando es él el problema, no yo.

—Sabes que no quería hacerte daño —susurró el vampiro.

—No, no lo sé —me crucé de brazos.

—Jamás te levantaría una mano Emma, jamás te haría daño de esa manera —espetó.

—Tus acciones no dicen lo contrario —dejé de mirarlo.

¿Y si Van tiene razón? ¿Y si en serio quería golpearme y por eso no bajo su mano? No quiero pensar algo que puede no ser cierto, pero lo que dijo mi amigo me dejó pensando en quien es la persona con la que r