Había decidió irme a la casa de cambio tenía mucho que pensar, no podía seguir aquí no podia seguir sobrepasando las cosas.

Mi mente me estaba matando, los recuerdos me estaban matando.

No sabía que era cierto y que era un sueño, no sabia si creerle a mi padre o creer lo que sea que estaba sucediendo.

Había ido al medico solo para saber si era yo que podía estar alucinado pero el doctor dijo que podía ser los recuerdos de mi vida de estos dos días.

Necesitaba descansar aunque ¿como se supone descansas de tu mente? Eso era imposible no se puede hacer eso, pero necesitaba alejarme.

Me subí al auto y me fui directo a la casa de campo, me había escapado del chófer de mi padre, no quería que mi padre supiera donde estaba.

Me molestaba sospechar de mi padre, me rehusaba a creer que mi padre era esa persona que me mostraba mis recuerdos.

Una vez que llegue a la casa de campo me baje del auto vi al jardinero

- Buen día Señor Pusette ¿y la señorita riley?- La traje a este lugar?

- Esta bien-