Desperté cuando alguien tocaba la puerta de mi habitación.

— adelante— dije aún adormecida.

Me sentí algo extraña despertarme y estar en una habitación ajena a la mía, saber que Maximiliano no estaba en la misma casa.

Me preocupaba saber en dónde podía estar y si podía estar en peligro.

Papá había prometido ayudarlo para que nada le sucediera y quería confiar en él "no tienes nada que preocuparte que es la hora es un Miller también al igual que tú" había dicho cuando le rogue entre lágrimas que lo ayudara.

Mary entró en la habitación con una charola de plata encima había un vaso de jugo y mi usual ensalada de frutas junto a un pequeño pote con unas pastillas, me acomodé en la cama para quedar sentada ella colocó todo encima de mí.

— Buenos días mi niña

— Mary pero ¿Que haces aquí?— pregunté sorprendida en verla

— el niño Maximiliano me permitió estar con usted él quería mandarme a un hotel pero sentía que mi deber era estar contigo y con el bebé— sus palabras fueron como un abrazo a m