Luka se sentía sumamente confuso, absorto por todo el placer que estaba recibiendo su cuerpo, y confundido por su reciente orgasmo. Solo se había sentido así una vez en toda su vida, hace varios años, igualmente con Alexis, así que después de tanto no sabía cómo reaccionar. Luka se sentía perdido, no sabía dónde poner sus manos y tampoco podía dejar de temblar cada vez que sus pezones eran estimulados, cada vez que Alexis hacia alguna cosa con su cuerpo, Luka reaccionaba de una forma descontrolada.

Sonriendo con suavidad, queriendo ser dulce con su omega, Alexis se puso frente al rostro del menor y le dijo: “Respira, solo respira y mírame, todo está bien”.

Abrazando a Alexis y sujetándose de su espalda con fuerza, Luka finalmente pareció poder reaccionar de ese descontrol que lo había engullido, mirando los obscuros pero tranquilos ojos de