Narra Liam

— No sé con qué clase de chicas estas acostumbrado a lidiar, pero a mí no me importa eso, no soy alguien materialista — expresó Amelia antes de salir del lugar.

Una risa irónica salió de mí, eso no me lo creo, sé muy bien que solo te llama la atención los chicos ricos, por esa razón me abandonaste cuando fingía ser muy pobre, así que no voy a creer en sus palabras y no me daré por vencido.

Seguiré tentándola hasta que acepte que le gusta el dinero y que caiga rendida a mis pies.

Al siguiente día ordené flores para que le llevaran, pero ella fue a mi oficina a reclamarme y decirme que no le esté enviando nada.

Pasaron días así, le seguía enviando flores, sabía que en algún momento iba a ceder.

Era momento de cambiar de estrategia, la había invitado a cenar diciéndole que era por trabajo, pero era mentira, en realidad solo íbamos a estar los dos.

— ¿Qué es todo esto? — preguntó mientras tomaba asiento.

— Es solo una simple comida — respondí — no hay que hacer tanto alb