Al otro día, Austin pasó por el hospital antes de ir a su oficina, encontró a Brooke despierta, había pasado la noche con molestias, pero al momento se sentía mejor, al verlo le sonrió y estiró su mano.

Austin se culpó por lo que iba a hacerle apenas tuvo la mano de ella entre las suyas, quería decirle de una vez lo que sucedía, pero pensó que en su delicado estado de salud no debía estresarla más.

Estaba confundido con una mezcla de sentimientos en su interior, tres meses atrás hubiera saltado de felicidad por el embarazo de Lauren, ahora, luego de conocer y estar con Brooke, se sentía miserable al tener que decirle que no podría divorciarse de Lauren, al menos por ahora.

En su oficina, él trato de sumergirse en el trabajo, evitando pensar en cómo se le habían complicado las cosas solo por desear un heredero para su imperio. Tocaron a su puerta y entró Jared con dos cafés y sonriendo:

–Como tu mejor amigo que soy, presentí que necesitabas un café y conversar.