Jordan

Theodore colocó la jaula a los pies de Celine, y mi hijo lloró, extendiendo los brazos hacia su madre. Lionel le miró enfadado y gruñó a mi pequeño, haciendo que me hirviera la sangre y di un paso hacia delante.

"Podrían haberse limitado a llamar a los adultos para jugar" Intenté mantener las manos en los bolsillos para no chocar con ellos.

"¿Y qué gracia habría tenido eso?". Theodore caminó hacia mí y se detuvo frente a Lionel. "Verte, desesperarte por este niño enfermo es lo que más me complace". Celine gruñó de frustración, intentando de nuevo arrancar las cadenas.

"Veo que solo te importa el dinero, ¿verdad? Pero déjame decirte algo", di otro paso hacia delante. "Aunque nos maten a los tres, nuestras acciones no irán a ti" Sonreí, dejando ver mi peor lado. "El testamento está listo y tu nombre no figura en él".

"No hay persona en el mundo que no pueda ser corrompida. Se los compro a cualquiera". Mi lobo aulló en mi pecho y volví a sonreír.

"No puedes comprar donaciones". El