Capítulo 525
“Vamos, Emma, abre esos grandes ojos azules”, le suplico por mi bien y el de Gunner. “¿No quieres que te perdone? Entonces despierta”.

Ella no despierta. Sus ojos permanecen cerrados. Está casi blanca como una sábana y su cabello rubio está esparcido detrás de ella. Si no fuera por la sangre que lo cubría, parecería una muñeca.

Esperar allí con ella fue insoportable. Le tomé el pulso constantemente para asegurarme de que seguía con nosotros. A esta altura, se nos había unido más gente, pero eso no importaba. Ellos no importaban. No cuando Emma parecía un puto cadáver. Su pecho apenas subía y bajaba.

“A la mierda con esto”. Me levanto y me dispongo a sacar mi coche del garaje y llevarla al hospital porque parecía que la ambulancia se estaba tomando su tiempo.

Justo cuando estaba a punto de darme la vuelta, escuché las sirenas. Mi corazón se hundió de alivio cuando me di vuelta y los vi acercarse. Los demás despejaron el camino para que pudieran llegar hasta nosotros. Dos paramédicos
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