Me quedo a un lado con una copa de champán en la mano, simplemente mirando. Todo el mundo parece estar feliz y de buen humor, que es lo que más puedo decir de mí.

Estamos en la recepción de la segunda boda de Rowan y Ava, pero no puedo emocionarme. No me malinterpretes, estoy realmente feliz por mi hermano. Feliz de que él y Ava hayan podido arreglar las cosas, tan jodidamente feliz de que hayan tenido una segunda oportunidad a pesar de cómo comenzó su historia de amor. Dicho esto, puede que suene egoísta, pero tengo mis propias cosas con las que lidiar.

No puedo sacar de mi puta mente la conversación que tuve ayer con mi padre. Eso me ha estado comiendo. Volviéndome loco. Arruinando toda buena vibra que tenía.

Debería estar bailando. Debería estar mirando a las solteras y atractivas mujeres, decidiendo quién será la afortunada en compartir mi cama esta noche, pero aquí estaba yo, pensativo, deseando que este maldito champán fuera algo más fuerte. Algo para aliviar el estrés.

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