“No te usé Ava; te quería”, dice él mientras se guarda la llave en el bolsillo. Supongo que yo no iba a salir de la habitación.

“¿Me querías? Entonces, ¿por qué te duchaste en el momento en que te alejaste de mí? ¿Cómo es que nunca me tomaste en carne viva sin usar condón primero? ¿Cómo es que siempre te reprimiste? ¡Diablos, rara vez me besaste en la boca! ¿Y dices que me querías? Podrías haberme engañado”.

Todas las cosas que intenté enterrar salieron a la superficie y odié lo vulnerable que me hacían sentir, así que las reemplacé con ira.

“Uno de los recuerdos que tuve después de nuestra cita fue acostarme con Ethan. Era todo lo que debería ser el sexo. Pasión y calor. Con él me sentí querida y deseada, mientras que contigo sentí que era solo una obligación. Una tarea. Dices que me querías, pero eso es mentira. Ethan me mostró lo que realmente significa ser deseada por un hombre”.

El recuerdo de haber tenido sexo con Ethan había llegado inesperadamente, al igual que los demás. E