Mi novio Chárter Castro es forense y a mí me secuestraron los delincuentes que él capturaba.

Me ataron una bomba.

Los matones me miraron con maldad: —¿Eres la novia de Chárter? Date prisa y llámalo a venir.

Me hicieron llamar al Chárter, pero su voz estaba llena de impaciencia: —¡Te he dicho que no me llames en mi horario de trabajo! No me molestes.

Rápidamente le dije: — Me han secuestrado, quieren vengarse de ti, no debes venir a ......

Las palabras no terminaron, pero el teléfono fue arrebatado por los matones.

Y en el teléfono se oyó claramente la voz de Chárter: —Fabiola Camila, ¿eres estúpida? Te he dicho que estoy trabajando, ¿y todavía bromeas con este tipo de cosas?

—¡Sabes que el gato de Laura ha estado atrapado en el árbol durante tres días, si no lo salvo esta vida desaparecerá! Incluso te has inventado este tipo de razones para hacerme volver, ¿por qué no dices que vas a morir pronto?

Miré la bomba en mi cuerpo, la cuenta atrás estaba en los últimos diez minutos.

—Yo...

—Vale, no quiero escucharte seguir inventando este tipo de mentiras, Laura quiere a este gato como a su vida, si algo le pasa al gato y causa que Laura tenga un accidente también, eres la culpable, ¡definitivamente no te perdonaré!

Al otro lado del teléfono, una delicada voz femenina salió, —Cariño, genial, eres el mejor, realmente salvaste a mi bebé.

Inmediatamente después, el teléfono se cortó.

El matón maldijo: —¡Qué mala suerte, este bastardo no quiere nada a esta mujer, hemos secuestrado a la persona equivocada!

Después de que los matones se marcharan, miré las bombas que tenía en el cuerpo, e involuntariamente se me saltaron las lágrimas.

Incluso los matones lo entendieron, pero sorprendentemente me desperté el último día.

La Laura en la boca de Chárter es su amigo de la infancia Laura Urgel.

Cuando confirmé por primera vez mi relación con Chárter, me dijo que Laura era como su hermana.

Y yo me lo creí, pero cuando me di cuenta de que algo iba mal, ya estaba cada vez más metida y no podía salir.

En cualquier momento, Chárter era el primero en acudir en cuanto recibía la llamada de Laura.

Incluso cuando se reunió con mis padres por primera vez, sólo porque Laura dijo que le daba miedo la oscuridad, nos dejó a los tres atrás y corrió hacia allí a pesar de todo.

Ni siquiera dio una palabra de explicación, sólo dejó una frase: —Tengo algo que hacer.

Le detuve y no le dejé marchar.

Incluso le rogué en voz baja que diera la cara a mis padres, pero Chárter sólo se burlaba: —Fabiola, Laura y yo llevamos así más de veinte años, si no puedes soportarlo, ¡no te cases conmigo!

Me consolé pensando que él sólo cuidaba de Laura como a una hermana, y que aún me quería en el fondo de su corazón.

Pero antes de morir, me di cuenta de que Chárter nunca me ha querido de principio a fin. Sólo tiene a Laura en su corazón.

Antes de que explotara la bomba, envié el último mensaje a él: —Adiós, es mejor no encontrarnos en la otra vida.