Capítulo 955
—Me puse en contacto.

—Entonces, ¿por qué dices que está desaparecido? —Gabriela frunció el ceño.

Alfredo ya no pudo ocultarlo: —Felipe podría haber sido capturado, pero no te preocupes, Rodrigo ya ha pedido a alguien que lo busque.

Gabriela aún estaba preocupada: —¿No estará en peligro, verdad?

Alfredo no se atrevió a contarle el contenido de la llamada.

Para evitar que ella también se angustiara.

—Tú estás herida, descansa bien. De encontrar a Felipe, nos encargamos Rodrigo y yo.

El rostro de Gabriela estaba pálido y su cuerpo estaba ligeramente arqueado cuando estaba de pie.

Porque todavía me duele la herida en el hombro.

Su voz era ronca: —Avísame en cuanto haya noticias.

—De acuerdo, iré a buscar a Estela.

Gabriela asintió con la cabeza.

Alfredo se dio la vuelta y salió.

El mayordomo se acercó. —Señora.

Gabriela, viendo la comida que llevaba el sirviente, dijo: —Déjala en el comedor. Comeré con todos.

—De acuerdo —el mayordomo ordenó a los sirvientes que pusieran la comida en la m
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