Capítulo 733
Gabriela se quedó sin palabras.

Su agarre al volante se tensó.

Gabriela, respondió suavemente: —Sí.

Su voz era tenue, pero Rodrigo pudo escucharla claramente.

Una leve sonrisa se formó en la comisura de sus labios.

Cuando regresaron a casa y se fueron a dormir, Rodrigo la abrazó.

Su cuerpo estaba muy tenso.

Rodrigo sintió que estaba abrazando una piedra cálida.

Ella estaba tan rígida que Rodrigo decidió hablar con ella para distraer su atención: —Gabriela, ¿sabes cómo manejé a las familias del subdecano?

Gabriela preguntó: —¿Cómo lo manejaste?

—El subdecano tenía un solo hijo, y su esposa y él valoraban mucho a su único hijo. Hice que perdiera su trabajo; la empresa donde trabajaba lo acusó de revelar secretos de la compañía, lo que lo expondría a demandas y juicios. Difundí la noticia de que fui yo quien hizo esto. Hoy, la esposa del subdecano vino a verme y me suplicó que perdonara a su hijo. Le dije que si volvía a meterse contigo, haría que su hijo no tuviera lugar donde esconderse
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