Capítulo 65
No podía pensar demasiado.

¡De todos modos, debía detener a Gabriela y Rodrigo!

La puerta de la habitación se abrió de golpe y el rostro de Rodrigo se hundió al instante.

Se levantó y miró con rabia a la persona que había entrado: "¿Quién te ha dejado entrar?"

Al ver que era Inmaculada se le enfadó aún más.

Inmaculada reaccionó con rapidez y enseguida dijo: "Vengo a ver a Gabriela."

Gabriela sabía que Inmaculada intentaba tenderle una trampa.

Se levantó de la cama y rodeó a Rodrigo por detrás con los brazos en un amago de intimidad.

Rodrigo era alto, pero ella se arrodilló en la cama lo justo para apoyar la barbilla en el hombro de Rodrigo.

Miró a Inmaculada con una sonrisa: "¿Has venido a verme? ¿Qué pasa?"

En apariencia estaba orgullosa y seguía rezando para que Rodrigo no la apartara en ese momento.

Rodrigo era muy dadivoso, no sólo la daba respecto, sino que también colaboraba.

Le gusta que Gabriela esté cerca de ello.

Había olor en ella que le gustaba.

Inmaculada ya tenía la cara
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