Onom...

"¡Ah!..."

¡Inmaculada rodó por las escaleras!

No quería tener niños.

Bajó las escaleras rodando deliberadamente para inculpar a Gabriela.

Así, Alejandro también odiaría a Gabriela.

Porque Alejandro estaba deseando ser padre y quería al bebé.

Pero, dolía mucho.

"Uy..."

Se acurrucó.

Le costaba caro.

Pero cualquier cosa que hiciera sentir mal a Gabriela valía la pena para ella.

Gabriela entonces reaccionó a lo que acababa de decir.

Frunció el ceño con fuerza.

Inmaculada era muy cruel.

Ni siquiera pudo abadonbar su niño.

"Inmaculada, no te compadezco en absoluto, porque una mujer de sangre tan fría como tú, capaz de abortar a tu propio hijo con tus propias manos, tiene el corazón frío y la sangre fría."

Abrió la puerta de la escalera y salió.

No llamó a nadie.

Inmaculada estaba así, por su propia culpa, y no merecía ninguna compasión.

"¿Has visto a mi mujer?" Alejandro no había esperado a Inmaculada, así que la buscaba por todas partes, y cuando vio a Gabriela le preguntó ansioso.