Capítulo 121
"¡Ya basta!" La regañó Ramón.

Anastasia gruñó fríamente, sin escuchar a Ramón y advirtiendo a Gabriela, "Eres una hija casada, como agua derramada, olvídate de la fortuna de la familia González, eso es todo de Alberto."

"Todavía no me he muerto y ya estás pensando en la fortuna familiar, ¿me estás maldiciendo a muerte?" Ramón estaba exasperado.

¡Si no vive mucho, es por culpa de Anastasia!

Anastasia le alisó la espalda con resentimiento, "De qué hablas, dependo de ti para vivir."

Ahora sí que no quería que Ramón muriera, ¡todavía no le había convencido para que hiciera testamento!

Gabriela miró a Anastasia y vio que codiciaba la fortuna de la familia González, pero sin hacer ningún comentario, salió de la sala y le dijo a Dalia, "Vámonos."

Dalia la empujó.

Le quitaron la escayola de la pierna y el médico le dijo que podría intentar andar en unos días, pero de momento no podía hacer ejercicios extenuantes como correr y saltar, ejercicios que se hacen con las piernas.

Cuando le quitaron
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