Capítulo 1022
Era un sirviente de la casa, visiblemente agitado.

Gabriela frunció el ceño, se levantó y preguntó: —¿Qué sucede?

El sirviente bajó la mirada y dijo: —Hay alguien en la puerta.

—¿Alguien en la puerta? —Gabriela también estaba confundida.

—Vamos a ver —justo cuando pensaba seguir al sirviente hacia afuera, Rodrigo la detuvo.

—¡Iré yo!

Gabriela pensó por un momento y se dio cuenta de que, efectivamente, sería mejor que Rodrigo se encargara de la situación.

Asintió con la cabeza.

Rodrigo se levantó y salió.

Alfredo lo siguió, murmurando: —¿No habrá algún problema, verdad?

Ya tenía sus propias preocupaciones.

Definitivamente no quería que ocurriera algo malo de nuevo.

Rodrigo se volvió hacia él, pareciendo considerarlo un agorero.

—Si no dices nada, no habrá problema alguno.

Alfredo se quedó sin palabras.

Al llegar a la puerta, vieron a un joven parado allí.

Rodrigo no lo reconocía, pero Alfredo sí: —Barzel.

Rodrigo también empezó a sospechar.

Alfredo explicó: —Es el hijo de tu salvador, e
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