Capítulo10
Silvia abrió los ojos de par en par, sorprendida por un instante, y se apresuró a explicar:

—Tu... ¿no te dolía la pierna? Iba a darte solo un masajito.

En la penumbra del auto, la mitad del cuerpo del hombre quedaba oculta entre las sombras, haciendo difícil distinguir su expresión. Después de unos segundos que parecieron realmente eternos, se escuchó su risa casi que ahogada:

—Aunque intentes a toda costa caerme bien, no te vas a quedar.

Para Óscar, Silvia no era más que un simple estorbo, y los estorbos debían eliminarse cuanto antes.

"¡Malagradecido!" pensó Silvia, enfureciéndose. Intentó retirar su mano en ese momento, pero el hombre la sujetó con más fuerza. Su agarre era como hierro al rojo vivo sobre su muñeca, obligándola a mantener la mano sobre su rodilla.

—¿No me ibas a dar un masajito? —dijo Óscar con los ojos entrecerrados— Ya ándale.

Silvia estaba furiosa pero no se atrevía a decir nada en lo absoluto. Le lanzó varias miradas de enojo, pero en la oscuridad, el hombre no
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo