El taxista condujo rápidamente hacia el Hospital Alas Plateadas.

Charlie, que estaba sentado en el asiento del copiloto, le dijo a Elaine: “Mamá, ya llamé a Claire. Ella ya está camino hacia el Hospital Alas Plateadas ahora. Haremos que el doctor revise tu pierna lo antes posible”.

Elaine resopló amargamente antes de girar la cabeza para mirar por la ventana con enojo. Después de eso, dijo enigmáticamente: “¡Es realmente una mala suerte para mí tener un yerno inútil como tú que siempre me está causando todo tipo de problemas!”.

Charlie preguntó deliberadamente, “Mamá, ¿qué quieres decir con tus palabras? ¿Cuándo volví a causarte problemas?”.

Elaine lo miró a través del espejo retrovisor antes de decir fríamente: “¡No me preguntes nada! ¡Piénsalo tú mismo! ¡No diré nada incluso si me preguntas!”.

Elaine ya había sido advertida por los agentes de policía muchas veces y no se atrevía a perder los estribos con Charlie directamente. Por lo tanto, solo podía enojarse con Charlie usando