En ese mismo momento, Bill sacó una barra de metal y se acercó a Zazpi. Aunque este último trató de suplicar por su vida, Bill no dudó en levantar la varilla de metal por encima de su cabeza y balancearla hacia abajo a una gran velocidad.

¡Crack!

La rótula derecha de Zaz fue destrozada en pedazos al instante. ¡Era casi imposible recuperarse de una fractura tan conminuta!

Zaz gritó de dolor, pero Charlie no se detuvo allí. “Aún no hemos terminado. Solo hemos roto una pierna, aún podría cojear con la otra. ¡Lo quiero lisiado para siempre!"

Bill asintió con la cabeza y levantó la varilla de metal una vez más, y en poco tiempo, otro fuerte crujido vino de la rodilla izquierda de Zaz. Zaz rodó por el suelo gritando por ayuda, su cuerpo a punto de entrar en shock.

Don Albert ordenó fuertemente. “Bill, mete algo en su boca. ¡Su fuerte lloriqueo va a molestar al Sr. Wade!"

"¡Sí, Don Albert!" Bill obedeció e introdujo unos pedazos de gasa en la boca de Zaz que yacía acurrucado en el suelo