Cuando Lady Wilson escuchó a Christopher pedirle que vendiera sus muebles o sus antigüedades, ella no podía evitar sentirse un poco enojada.

Ella dijo enojadamente: “¡Puedo soportar vender los muebles, pero ni siquiera pienses en vender mis antigüedades! ¡Esas antigüedades son lo único que tu padre dejó atrás como mi fondo de jubilación antes de morirse!”.

Christopher se apresuró a persuadirla: “Mamá, ¡lo más importante es asegurarnos de que vivamos bien y sobrevivamos mientras todavía estemos vivos! ¿Por qué quieres quedarte con las antigüedades? ¿Vas a llevar esas antigüedades contigo para conocer a mi padre cuando te mueras?”.

“¡No hables tonterías aquí!”. Lady Wilson maldijo enojadamente mientras gritaba: “¿Qué tú sabes? Estos muebles de nuestra casa ya están registrados en el banco. Cuando el banco venga aquí para cerrar la villa de la familia Wilson, definitivamente se llevarán ese lote de muebles con ellos. Sin embargo, ¡el banco no sabe nada de las antigüedades que tenemos!