La burla y la risa hicieron que Sean se tornara rojo de furia, ¡y apretó sus puños con tanta fuerza que sus nudillos estallaron continuamente!

Él miró a Charlie y exclamó: “Amigo, no digas que nunca te di la oportunidad de arrepentirte, ¡te hiciste esto a ti mismo! ¡Mi familia no te dejará ir, nunca verás salir el sol de mañana!”.

Antes de que Charlie pudiera decir algo, Jasmine gritó: “¡Sean Webb, cómo te atreves!”.

Sean resopló fríamente: “¡¿Por qué no?! ¿Pensaste que dejaría que mi familia fuera insultada en un pueblo pobre como Colina Aurous así como así? ¡Déjame decirte! ¡Todos en Colina Aurous deben inclinarse ante la majestuosa familia Webb!”.

El rostro de Jasmine se ensombreció de consternación y ella exigió: “Sean, no eres bienvenido aquí. ¡Por favor vete!”.

“¿Qué? ¡¿Quieres echarme?!”. Sean miró a Jasmine, sorprendido y desdeñoso. “¿Quieres echarme por culpa de este perdedor inútil?”.

Jasmine dijo con firmeza, “¡Sí! Lo diré de nuevo, ¡por favor vete!”.

En ese momento,