El Maestro Jeevika estaba desconcertado por las consecutivas respuestas defensivas de Nanako.

Él no era ignorante y sabía que esa era la manera de Nanako de rechazarlo. Mientras se sentía arrepentido, reflexionó: ‘Vi que ella tenía un potencial espiritual extraordinario. Si estaba dispuesta a convertirse al budismo y concentrarse en investigar las escrituras, seguramente obtendría un entendimiento más profundo de las enseñanzas, lo que beneficiaría a todos los seguidores. Pero resulta que esto era una ilusión mía…’.

Con este pensamiento, suspiró: ‘Oh, por favor, perdóname. La Señora Wade me pidió que la ayudara a alcanzar la iluminación, y sin embargo, me he centrado por completo en persuadirla para que se convierta al budismo’.

Entonces, recitó en silencio algunas escrituras y luego dijo: “Lamento mucho ser ignorante. Por favor, perdóname”.

Nanako asintió suavemente. “Está bien, siempre y cuando no intentes persuadirme para que me convierta en monja nuevamente”.

Mientras ella hab