Charlie miró a las tres personas mayores con cabello blanco frente a él, y no pudo evitar mirar a Vera a su lado, quien aún parecía joven. Se sintió un poco confundido por un momento.

Los tres ancianos eran de hecho muy mayores e incluso a pesar de una interacción limitada, era evidente que tenían mucha experiencia y sabiduría.

Sin embargo, frente a Vera, estos tres parecían como niños regañados por sus madres, obedeciendo todas sus órdenes sin cuestionar. Aunque la misma Vera parecía una niña, su actitud hacia los tres mayores seguía siendo severa, haciéndolo sentir particularmente incómodo.

Sin embargo, rápidamente hizo a un lado esta incomodidad y cortésmente les dijo a los tres: “Por favor, levántense”.

Los tres no se levantaron, sino que levantaron la cabeza para mirar a Vera.

Vera parecía indiferente a los ancianos arrodillados ante ella, y asintió casualmente antes de decir: “Ya que el Joven Amo Wade ha hablado, todos pueden levantarse”.

Solo entonces los tres hombres se a