Las palabras de Sonia dejaron a Caden estupefacto por un momento.

Efectivamente, él sabía muy bien que incluso si había trabajado duro para la Secta Taoísta durante las últimas décadas, todavía no podía deshacerse de la responsabilidad de haber perdido el caldero de medicina.

Después de todo, era un tesoro que había sido transmitido por miles de años y treinta y nueve generaciones. Estaría bien si hubiera desaparecido silenciosamente. Él se sentiría un poco arrepentido y culpable por un tiempo, pero gradualmente se sentiría aliviado después de algún tiempo.

Sin embargo, el problema era que su discípula conocía sobre el caldero de medicina desde hace mucho tiempo, y si ella fuera a decirles la verdad a los demás miembros de la Secta Taoísta, él realmente se convertiría en un pecador eterno de la secta.

Por lo tanto, Caden entendió por qué Sonia se negaba a asumir la culpa por él.

Sin embargo, Caden estaba realmente en una situación difícil ahora. Sonia se negó a ser la cuadragésima