Charlie asintió con la cabeza y luego dijo: "Su vida se salvará tan pronto la píldora entre en su boca, pero puedes darle la mitad de la píldora a él y tomar la otra mitad de la píldora tú. De este modo, tu hijo podrá volver a la vida, y tú también podrás mejorar tu condición corporal. No eres muy vieja, así que si todo va bien en el futuro, puede que no sea un sueño para ti vivir hasta los noventa".

Cuando la anciana oyó esto, no se lo pensó mucho y le dijo agradecida a Charlie: "¡Señor Wade, gracias por su gran amabilidad!".

Mientras hablaba, metió la píldora entera en la boca de su hijo sin vacilar.

En este momento, la misma anciana no creía realmente que la píldora fuera a ser útil, pero también sabía muy bien que era su última esperanza, así que tenía que intentarlo y luchar por la vida de su hijo.

Lo que ella nunca habría imaginado era que, en cuanto la píldora entró en la boca de su hijo, la píldora se convirtió en agua y fluyó directamente a su estómago.

Mientras ella aún