Chloe ni siquiera tuvo la oportunidad de pedirle clemencia a Elaine cuando ya venían en fila las bofetadas de más de treinta personas.

Para cuando terminaron las bofetadas, Chloe ya se sentía mareada y como si el cielo le diera vueltas.

No sabía cuántas veces se había desmayado y había sido despertada por una sonora bofetada.

En cuanto a Elaine, se mantuvo al margen como si estuviera supervisando a sus propias trabajadoras que abofeteaban a Chloe.

Elaine se acercaba y pateaba a cualquier reclusa que abofeteaba ligeramente a Chloe.

En sus palabras: "Son realmente una panda de miserables. Suelen oprimidas e intimidadas tanto por ella, pero ¿por qué siguen siendo blandas y misericordiosas cuando ahora por fin tienen la oportunidad de cambiar la situación? ¡La bofetada de ahora no cuenta! ¡Dale otra bofetada!".

En realidad, la mayoría de la gente no era compasiva ni blanda cuando se enfrentaba a Chloe.

Simplemente estaban cansadas de abofetearla, y era inevitable que una o dos d