Cuando Charlie llegó solo a la terraza del tercer piso de la villa, la caravana de Shawn y de la familia de Janus ya había entrado en el patio de la villa uno tras otro.

Los reporteros entraron en tropel tras la caravana. A continuación, el mejor grupo de danza del león de Hong Kong ejecutó a la perfección dos danzas del león de gran realismo, y la escena resultó extraordinariamente animada.

Aunque a Charlie nunca le habían gustado las escenas animadas, él también se sintió extraordinariamente aliviado al presenciar esta escena.

El espeso humo generado por la explosión de los petardos iba acompañado de un fuerte y rico olor a pólvora. Este olor, familiar y a la vez desconocido, le produjo a Charlie una sensación refrescante.

Al crecer, siempre le había gustado el olor del humo de la pólvora cuando se quemaban los petardos. Sin embargo, hacía mucho tiempo que no sentía este olor tan familiar, ya que durante años se prohibieron los fuegos artificiales y los petardos en todas partes.