Texas limita con México y, por lo tanto, él planeaba encontrar una manera de pasar de contrabando a México después de llegar a Texas.

Finley había estado vendiendo personas durante muchos años y tenía una poderosa red de conexiones en Canadá, Estados Unidos y México. Ahora, no se podía quedar en Estados Unidos y tampoco se atrevía a regresar a Canadá. Así, su única opción era ir primero a México.

Esto se debía a que había muchos grandes capos de la droga en México, por lo tanto era más caótico con los señores de la guerra allí y sería fácil para él ocultar su identidad y permanecer en el anonimato. En cuanto llegara al territorio de esos grandes capos de la droga, sería difícil que incluso la familia Fox lo encontrara.

En ese momento, el conductor lo miró por el retrovisor y sonrió mientras decía: “Está bien, señor. Por favor abroche su cinturón”.

Finley dijo con impaciencia: “¡Abrocharme el cinturón de seguridad, mi trasero! ¡Date prisa y conduce!”.

El conductor dijo seriamente: