Al mediodía del siguiente día, Charlie y Claire volaron a Nueva York en Estados Unidos en el vuelo transoceánico de la Aerolínea Oskia.

El vuelo entero tomó dieciséis horas, y para cuando llegaron a Nueva York, ya eran las 2:00 pm hora local.

Charlie estaba usualmente acostumbrado a tomar el Concorde que era tres veces más rápido comparado a un avión civil, así que cuando él tomó un avión ordinario, se sintió como un descenso directo de un tren de alta velocidad a un tren regular.

Afortunadamente, él había comprado boletos de primera clase, y lograron acostarse y dormir en la cabina de primera clase. De lo contrario, el viaje habría sido particularmente atormentador.

Después de un viaje de dieciséis horas, Claire aún se encontraba en buen estado, y no se veía cansada o agotada en absoluto. Por el contrario, ella estaba sintiendo algo de anticipación y emoción.

Después de bajar del avión, la pareja tomó una hora más o menos para completar el proceso de ingreso por la aduana y el re