La primera puja por un cuarto de la píldora rejuvenecedora causó un gran revuelo en el salón de baile. Todo el mundo hizo un revuelo, perdiendo la cabeza mientras seguían pujando.

En esta etapa, solo el más fuerte tenía posibilidades de ganar el cuarto de píldora. Las únicas excepciones eran los que pretendían competir por la última Píldora Rejuvenecedora completa.

En ese caso, era mejor dejar que los más fuertes ganaran el segundo cuarto de píldora. De esa manera, lo más probable era que las siguientes dos cuartas partes de las píldoras que faltaban bajarían de precio. O eso era lo que muchos pensaban.

Por lo tanto, muchos de los que podían seguir pagando la puja acabaron desistiendo. Suponían que eran los más listos, pero no podían estar más equivocados. Muchos en el salón compartían pensamientos similares.

Como resultado, cuando Todd elevó el precio a diez mil millones de dólares, su último competidor se rindió y dejó de pujar.

Su último competidor pensó que sería el postor más