Kathleen y sus subordinados viajaron en uno de los aviones, mientras que el otro era utilizado como avión de sombra para acompañarla durante todo el vuelo.

Era la misma forma en que el Presidente de los Estados Unidos viajaba con dos Fuerzas Aéreas. Dondequiera que fuera el avión de Kathleen, el otro seguiría.

Si había algún problema con el avión en el que viajaba Kathleen, ella podía tomar el otro avión y seguir viajando sin ningún problema.

Si este avión no sufría ningún accidente durante su estancia en Oskia, el costo de vuelo del otro avión, de más de diez millones de dólares, sería desperdiciado.

Sin embargo, a Kathleen no le importaba lo más mínimo.

Lo que ella buscaba era un método cien por cien para resolver el problema.

Aparte de eso, a todo lo demás no le daba importancia.

Después, su asistente le entregó a Kathleen un ordenador portátil de color blanco y le dijo: "Señorita, ésta es la información de los tres hoteles. Por favor, revísela".

Kathleen asintió, tomó el or