En la sinuosa carretera del distrito de Nishitama, en los suburbios del oeste de Tokio.

Varios hombres vestidos de negro miraban hacia el lugar donde Jasmine se había caído del acantilado.

Podían ver un fuego ardiendo debajo desde la distancia. Uno de ellos susurró: “La gente dentro del coche ya debería estar muerta, ¿verdad?”.

Otra persona se burló antes de decir: “Cayeron desde tan alto y hay un incendio tan grande. Si no están muertos, me cortaré la cabeza y te la entregaré”.

El hombre se rio antes de decir: “Si ese es el caso, podemos volver con el Sr. Hashimoto ahora”.

La persona a su lado asintió antes de decir: “Deberíamos darnos prisa y limpiar el lugar primero. Debemos eliminar todos los escombros, fragmentos de vidrio y marcas de fricción de los neumáticos en el suelo de la colisión antes para asegurarnos de que nadie se dé cuenta de que hubo un accidente aquí después del amanecer”.

“¡Está bien!”.

Los varios hombres de negro comenzaron a limpiar la escena de inmediato.