Nanako todavía no podía creer que Charlie realmente pudiera curarla.

Sin embargo, cuando pensaba en el hecho de que el hombre frente a ella que se sentía muy ansioso por curarla no era otro que la persona de la que estaba enamorada, ella estaba más que dispuesta a permitirle que lo intentara.

Por lo tanto, le entregó su mano derecha a Charlie antes de decir tímidamente: “Sr. Charlie, si ese es el caso... ¡Tendré que molestarlo, entonces!”.

Charlie asintió levemente antes de estirar los dedos para colocarlos suavemente en su arteria radial para verificar su pulso.

Un rastro de reiki comenzó a viajar desde la arteria radial de Nanako hacia su cuerpo y ya había recorrido por todo su cuerpo en un abrir y cerrar de ojos.

Mientras el reiki viajaba a través de su cuerpo, Charlie también aprovechó la oportunidad para determinar el alcance exacto de las lesiones de Nanako.

Con solo echar un vistazo, Charlie descubrió que las lesiones de Nanako eran realmente muy graves.

Casi todos sus ór