Amanda estaba sentada junto a la ventana, con la mirada fija en el horizonte lejano. Separada de Louis, su corazón dolía de anhelo, el vacío de su ausencia resonaba dentro de ella. Sostuvo su teléfono con fuerza, esperando recibir un mensaje que acortara la distancia entre ellos. Justo cuando el sol comenzaba a descender, su teléfono sonó y su corazón dio un vuelco. Era un texto de Louis, un salvavidas que conectaba sus almas a través de la vasta extensión que los separaba. Con dedos temblorosos, abrió su teléfono y leyó sus palabras. Louis: "Mi querida Amanda, cada momento que pasa sin ti se siente como una eternidad. Los días se alargan, pero mi corazón permanece anclado a nuestro amor. Te extraño con cada fibra de mi ser". Los ojos de Amanda se llenaron de lágrimas cuando el peso de su separación la invadió. Respiró hondo y empezó a escribir. vertiendo sus emociones en su respuesta. Amanda: "Louis, mi amor, cada amanecer y cada atardecer me recuerda los momentos que compartimos jun