Ethan sintió una mezcla de incredulidad y traición. La cuenta pertenecía a uno de sus empleados más antiguos y de confianza, alguien que nunca hubiera sospechado.

—¿Están seguros de esto? ¿Podría ser un error? —preguntó Ethan, con la esperanza de que hubiera una explicación diferente.

—Hemos revisado los registros varias veces. No parece haber ningún error. Necesitamos hablar con esta persona y obtener más información —respondió el jefe de seguridad.

Ethan asintió, sabiendo que tenía que enfrentar la situación de inmediato. Convocaron al empleado a la sala de juntas y, al entrar, Ethan pudo ver la sorpresa y el nerviosismo en su rostro.

—¿Qué está pasando? —preguntó el empleado, con tono preocupado.

Ethan tomó una respiración profunda antes de hablar.

—Hemos descubierto que tu cuenta estuvo involucrada en la filtración de datos. Necesitamos que nos expliques cómo ocurrió esto y si tienes alguna información que pueda ayudarnos a resolver la situación —dijo Ethan, con voz firme pero cal