Capítulo 461
Valentina le respondió con desdén.

Mateo encendió el lujoso automóvil, que ahora avanzaba velozmente pero con estabilidad por la carretera. Sus manos, de nudillos bien definidos, sujetaban el volante mientras esbozaba una sonrisa sin apartar la vista del camino.

—¿Cómo voy a saber si quieres robarlos o no? Hay demasiadas mujeres que quieren robar mis genes para darme hijos. No puedo confiar en ti.

Valentina suspiró.

¡Qué arrogante era!

Aunque, a decir verdad, Mateo tenía motivos para serlo.

Valentina sentía mucho frío y, estando embarazada, no quería resfriarse, así que no tuvo más remedio que ponerse el saco negro.

El saco le quedaba enorme, envolviendo su frágil figura.

—Señor Figueroa, sus genes pueden ser buenos, ¿pero acaso los míos no lo son? Quizás otros quieran robarle los suyos, pero yo jamás lo haría.

Algo se movió en el corazón de Mateo. Los genes de ella eran, sin duda, excepcionales. Una genio de la Universidad de Nueva Celestia que podía estar a su nivel, y ahora la recon
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