Las luces parpadeantes hacen que me duelan los ojos, estoy mareado y percibo un olor desagradable a gasolina. Los oídos aun me chillan tanto por la explosión, como por el ruido estruendoso del metal cediendo ante una tenaza hidráulica y entonces lo recuerdo, nos emboscaron. El ruido estruendoso cede ante otro mayor. Están partiendo el auto en dos. Trato de levantar la cabeza, pero el movimiento lo impide el collarín que me han fijado al cuello, no tengo dolor en ningún sitio – aun – necesito saber de Dick, debo saber que se encuentra bien, ya perdí un hombre y no soportaría perderlo a él.
— ¡No, suéltenme Dyron, Dyron! – esa voz, es mi Pecosa que grita.
— ¡Srta., no puede pasar! – escucho un golpe seco, una bofetada. Si la tocan los mato a todos — ¡Por el amor de Dios, que alguien la calme! –
La mañana siguiente, luego de la revisión me siento mejor, agradezco que haya sido un médico, aun el dolor en la espalda baja persiste, pero con menor intensidad. Yoli no me ha dirigido la palabra en lo que va de día y sigue recostada al sofá envuelta en la manta de animalitos mensajeándose con quien espero sea su madre, está fúrica todavía y aunque la entiendo, no le doy la razón ya que anoche no tuve culpa de nada. Anton y Dimitri ingresan a la habitación, el rubio me observa y sonríe.—¿Qué? – pregunto a sabiendas que va a hacer un chiste.—¡Te ves genial amigo mío! – sonríe con su dentadura perfecta y que si no me doliera hasta el pelo se la tumbaría —. Dick se siente bien a pesar de que fue aplastado por un timón a toda velocidad – sonrío de lado.<
Me retuerzo en la cama como un animal, trato de respirar y se me hace imposible. Necesito calmarme y no puedo, me siento muy afectado por las palabras de Dimitri, se que en el fondo tiene razón, pero dejarla me es imposible, no solo la quiero en mi vida. Ella es mi vida ¡maldita sea, necesito calmarme! Escucho unos gritos, sollozos y lamentos. Siento un pinchazo en el cuello, poco a poco el temblor pasa dejándome pensar mejor y entonces la oigo.—¡No, haz lo que sea! – giro para verla —. No me voy a ir ¡no puedo dejarlo así abuelo! ¿Por qué no entiendes? – llega a mi cama y sus preciosos ojos se encuentran mojados, sus lágrimas caen sin cesar —¡te amo! – se recuesta a mi pecho y comprendo que soy peligroso incluso para ella.Oigo las voces de todos, siento el cuerpo en reposo y las muñecas libres. Intento moverme y no logr
—En realidad me importa muy poco lo que estén pensando ¿me entiende? – su voz parece un trueno descargándose del cielo. Compadezco al interlocutor —. Quiero saber los nombres de esos sujetos, me emboscaron hace unos días y ahora les frustramos un asalto en el aeropuerto – cada vez grita más fuerte —¡por supuesto que estoy enfadado, no vi un puto policía en el sitio! ¿Qué coño hacían? – veo su expresión de dolor, debe sentarse.—Deberías sentarte – me acerco y toco su torso. La electricidad es inmediata y me atraviesa como un rayo —tienes que descansar – sus ojos me escudriñan, sigo molesta, pero en este momento eso no me vale —¡por favor! – veo como poco a poco baja la guardia y suspira resignado.—¡Inc
Ya sabemos que Vladimir se encuentra aquí y nos está atacando para confundirnos ¡maldita sea! Debemos matarlo antes de que nos haga daño, moriría por cualquiera de mi familia. Yoli se encuentra mejor., luego de la clínica la llevé a casa, Eva ni siquiera me miró y Aurelia tenía una expresión de desaprobación monumental, pero a esa Pecosa grosera no le importó y me besó delante de las dos como si fuese algo normal y como si yo no me hubiese divorciado de su hermana, a la que por cierto no vi por ninguna parte. Si el pérro ruso se encuentra en Estados Unidos, Víctor también debe estar aquí y ya no tiene la garantía de su hermana, ya no le debo nada a Thamara porque yo cumpli con mi parte del trato y ella lo rompió reincidiendo con el imbécil que la lastimó la primera vez. Necesito poner a salvo a Yoli y a su madre, los demás sabemos cuidarnos y no dudo que esa Pecosa se pueda defender, pero no me puedo permitir deslices de ningún tipo con ellas dos, su madre ya no me q
—¡No pienso alejarme de él por más peligroso que sea! – le digo firmemente a mi madre que me observa como si me hubiese salido otra cabeza—. Lo siento, pero lo amo y no voy a dejarlo estar porque a ti no te parece o porque las cosas no vayan bien a mi alrededor – Eva Méndez pone las manos en jarras y me mira con ojos entrecerrados. —¿En serio piensas que estoy jugando “muchachita del carajo”? – ruedo los ojos porque mi madre piensa que aún soy una niña. —Mami aunque me veas muy femenina, soy un arma letal ¡que no te confunda lo bella que soy! – sonrío de lo más encantadora, pero a ella no le hace gracia, por el contrario sus ojos se llenan de lágrimas y gimotea tratando de que no salgan. —Nunca estuve de acuerdo con tu padre, siempre critiqué el hecho de que te enseñara cosas de hombre, ahora tu vida corre peligro y junto a Dyron la cosa pinta peor ¡moriría si te sucediera algo! – ahora está
Mi voz se escucha distorsionada por la rabia. Siento la sangre encenderse en mis venas y poco a poco un maldito temblor se apodera de mi cuerpo como si de un volcán en erupción se tratase, verlo cerca de Yoli es como si la quisiera para él – y sé perfectamente que lo desea – sin embargo su mirada es la de un hermano, pero lamentablemente para él no me lo creo. Tiro de las solapas de su chaqueta, aprieta la mandíbula y cierra los ojos esperando el golpe. Tengo el tobillo dañado apoyado completamente en el piso y créanme que ni siquiera siento el dolor, solo veo a este sujeto queriendo adueñarse de lo mío, de Yoli. Tengo las manos de ella encima tratando de aliviar mi furia, pero ni siquiera puedo mirarla a la cara sin desear partírsela a él.—¡Dyron por el amor de Dios no hagas esto! – tira de mí sin moverme un poco y tengo tan apretada l
Desenfundo al igual que los otros dos hombres dentro de la sala, mi padre se mueve rápidamente al lado de la puerta y John voltea estratégicamente la mesa de mármol frente a ella ¡bien hecho veteranos! Las chicas corren todas detrás de la escalera como les indique al llegar y empujo a Yoli otras de mí hasta llevarla al otro lado del salón. Los golpes en la puerta son fuertes y enérgicos. Me dirijo hacia ella y observo por la mirilla. —¡Jefe necesito ayuda! – abro la puerta y Benson cae en mis brazos herido, golpeado y sangrando. Jeremy cierra la puerta en mi cara, mi corazón se rompe por mi amigo en el estado que está. Torturado y medio muerto. La herida no es grave, pero los golpes fueron propinados por expertos. El pelirrojo intenta moverse, levantar una mano y niego con lágrimas en los ojos para que lo deje, necesito que descanse. Lo enviaron para que yo mismo lo liquidara. Lloro con mi frente pegad
—¿Por qué debes elegir siempre el lado más riesgoso Dyron? – pregunta Dick exasperado por mi proposición. —Pues, verás – expongo con un suspiro —ese maldito me está cazando y quiere a Yoli como trofeo, como tu comprenderás… no pienso ceder – coloco los puños en la mesa de trabajo donde ns reunimos para rehacer el plan —. Creo y si no me equivoco, Vladimir espera una caravana de chicas temerosas y lloronas – Dimitri resopla una risa. —Ya ese imbécil debería saber que nuestras chicas lo menos que son es temerosas, tal vez lloronas, pero no se amilanan por cualquier cosa – expresa recostando la cadera a la mesa con los brazos cruzados. —Muy por el contrario amigo, son osadas e insolentes ¡y además disparan de miedo! – pongo los ojos en blanco por el comentario de Anton referente a Yoli. —¡Eres un imbécil! – sonrío de lado recordando su culo de infarto embutido