Aún no amanecía pero en el suelo rocoso comenzó a escucharse una alarma, una luz celeste iluminó la cueva, una mano se estiró al teléfono que estaba sonando de manera insistente, cuando fue apagado el despertador Dante se levantó de la cama de hojas que había improvisado, no tardó mucho tiempo para comenzar a hacer unos estiramientos, puso su mano en la barbilla y la deslizó por la enorme barba desarreglada que se había formado al pasar de los meses, su cabello maltratado y mas largo eran la muestra de su tiempo en aislamiento, nomo el teléfono y lo aguardo en una zona de su vestuario de pieles de animales, si alguien lo viera pudiera decir que era un cavernícola moderno.

Dante - Llegó el día.

Fueron sus últimas palabras mientras caminaba hacia la salida de la caverna, cuando estuvo afuera de esta miro a su alrededor observando todo lo que había hecho, las voces de los espíritus comenzaron a escucharse entre la maleza.

Kendra - ¿Hoy que planeas hacer?

El chico solo sonrió mientras com