Kilian fue sacado de sus pensamientos de un momento a otro con un incesante sonido en la puerta de su auto, algo que logro incomodarlo de sobremanera, además de molestarlo más de lo normal, aunque cualquier lobo o familiar que tratarse con él no podía decir que este fuese un ser amable o lleno de bondad, ya que la verdad era que este solía ser bastante agresivo y grosero casi todo el tiempo, tanto era así que solía incomodar de sobremanera a cada uno de los asistentes a su alrededor, es más se decía que aquel era tal el odio que poseía por los humanos que no dejaba que ninguno humano le sirviera, el príncipe heredero solo tenía betas y alfas a su alrededor, ya que las omegas para el eran unas verdaderas molestias, por no decir que les fastidiaba más de lo normal su m
--buen día dormilón... la tierra y el sol te dicen hola...—una voz animada saco al pequeño lobo de sus más placenteros sueños, algo que lo hizo gimotear, e incluso se llegó a escuchar uno que otro gemido de fastidio de su parte, pues se suponía que aquel día, el descansaría hasta tarde ya que su nana no podría llegar a despertarlo, pero ahí estaba aquella llenando de luz la habitación y hablando tan animadamente como de costumbre--...nana déjame dormir...--aquel había dicho cada palabra entre llantos y lo que parecía ser quejas, desde lo más interno de su ser, al no ser considerado por aquella humana que el tanto adoraba--no seas llorón... si no sales ahora... no te daré el regalo que cocine para ti...--eso fue como si de palabras magias se tratasen, ya que el pequeño lobo ya se encontraba de pies y observaba a su nana con gran an
--Aidair... ¿estás enojado conmigo?—la azabache observaba al alfa que estaba frente a ella observándola fijamente, mientras que lavaba su rostro en el lago más cercano luego de despertar de aquel golpe que lo había dejado noqueado en la batalla que indicaría la nuevo líder de la manada, a lo que este observó a aquella que todos trataban como a basura por ser hija de un simple limpiador de caballerizas, además de ser un beta--nunca me enojaria contigo Enya... solo estoy un poco decepcionado, creía que tú me alabarías a mí y no a mi hermano... pero entonado que te hayas dejado llevar por los demás al escuchar que todos daban alabanzas a Kilian...--la chica hizo un pequeño gesto de pena hacia el alfa que se encontraba frente a ella, pues no sabía cómo decir tales palabras, pero algo que consideraba a la
--qué ojeras más aterradoras tienes... pareces esos animales... ¿Cómo se llamaban? ¿Los que tienen una marca negra en el rostro...? --la azabache observó a su amigo, quien le dio una mirada cargada de diversión y burla al verla de aquella manera tan lamentable en la mañana, algo que logró hacer que este tuviese una manera de burlarse de ella, además de lograr compararla con un animal--se llaman mapaches... y gracias... no dormí nada anoche... tuve sueños muy extraño—aquellas parecía estar fastidiada con sus sueño, mientras que el chico solo la observaba divertido por aquel comportamiento aún más extraño que esta poseía, por lo que sin más que decir solo le alzó una ceja lleno de diversión, mientras esta le sacaba el dedo del medio y se adentraba al auto ignoran
Kilian observó a Víctor de manera divertida, mientras le mostraba el asiento frente a él, pero este se negó de inmediato a lo que mostró en sus bellos ojos verdes que solo destellaban enojo, por lo que Kilian simplemente le parecía divertido la actitud de su antiguo amigo, pues este llevaba demasiado tiempo actuando de manera extraña desde que se enteró que su supuesta cachorra era su mate, pero la verdad era que él no comprendía el porqué de su visita, ya que además de darle algunas miradas o mandar a seguir a su mate él no se le había acercado directamente, bueno además de aquello días, que ella solía llevar para desayunar a Owen y solía unirse a aquellas comidas, con la esperanza no solo de probar su exquisito sazón también con la intención de estar cerca de ella de una manera un poco disimulada
--los quiero muertos...--un fuerte golpe se escuchó en la habitación continua en la que la chica se encontraba, luego de que las sirvientes la limpiasen con mucho esfuerzo en intentaran quitar aquel asqueroso olor que tenía tan impregnado en su piel, por aquel contendor en el que al parecer planeaban aquellos lobos que fuese su tumba—no... no los mates... no aun... quiero divertirme torturándolos antes—otro golpe se escuchó logrando que la chica diera un respingo mientras que era peinada por una de las omegas, quien parecía observarla con algo de pesar, pues aquella la había conocido desde que habían hecho cargo del pequeño y noveno príncipe, y aquel era un ser maravilloso que aunque algunas de sus compañeras le hicieran un gesto negativo ella lo devolvía con una sonrisa e ironía buscando con eso no afligirse por el odio irracional que los lobos pose&iacut
El sol dio el inicio de un nuevo día, en el que la chica dio un leve gemido al sentir un peso extra en sus caderas, además de percibir aquel lugar en el que ella se encontraba recostada no era su cama, por lo que aun un poco esperanzada de que no fuese lo que ella estaba imaginando, luego de aquel tan extraño sueño esta recordó todo lo que había ocurrido el día anterior y como había llorado en los brazos del octavo príncipe como si de una niña se tratara, mientras que lo culpaba una y otra vez por sus desgracia y los maldecía sin ningún tipo de temor, algo que logró hacerla caer en cuenta que había hecho una completa locuraAquél la había ayudado, la había rescatado, además de que no la había llevado a casa de sus padre como cualquiera hubiese podido hacer causando así que los condes enl
Ángel se encerró en el cuarto de baño mientras no podía creer lo que acababa de hacer, ella se había besado con un Vicyl, y no un Vicyl cualquiera. con el lobo de sus sueño, literal con el lobo de sus sueños, aquello era una locura, además de que este se supone que es el príncipe que más odio carga hacia los humanos, ella estaba completamente desquiciada de aquello no había la menor duda, si su madre la observar en aquel instante posiblemente estaría muy decepcionadaEntonces de nuevo llegaron sus padres como si fuesen un pensamiento que no debía olvidar, algo que la hizo dar un pequeño gimoteo de fastidio e hizo que dejase sus pensamientos a un lado y corriese hacia el ducha para lograr lavarse de nuevo, además de que aún sentía aquel olor impregnado en ella, la humana sabía muy bien que solo eran id
El enojo y frustración estaba escrito en cada parte de su rostro, en lo que ángel llegó dando un gran portazo a su habitación, pero entonces noto como su madre se encontraba a la espera de ella, sentada en frente a su tocador, mientras parecía estar perdida en sus pensamientos, ya que no había vuelto para observar a su hija quien seguía allí dándole una mirada inquisitiva sin entender lo que pasaba por la mente de su madre quien parecía estar inmersa al mundo, mientras que acariciaba el pequeño joyero que ella le había regalado hacía tantos años, el cual era uno de oro blanco con incrustaciones de diamante, al ser el regalo más significativo de aquello, quien fue un regalo de su esposo hacía muchos siglos, cuando había pedido su mano en matrimonio--pero ella es mía... no de él...--su mad